Sakin günler

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días de calma







Stiles se sonrojo un poco, lamiendose los labios ―Eso luce muy bien―

―Vamos omega, se cuanto lo deseabas, solo tomalo ya―

Soltando un leve gimote el omega se acerco, oliendo el dulce olor ―Sabe muy bien― un tenue jadeo escapo de los rojizos labios del omega mientras sus mejillas adquirian un tono mas rojo

―No entiendo tu facinacion por un simple postre― la alfa veia con divercion al castaño, riendo junto a la beta ―Acaso nunca comiste tartas de fresa―

Con la boca llena y el caramelo del postre escurriendo por la comisura de su boca el omega sonrio a la alfa ―Es solo que es demasiado bueno, le juro mi princesa que no puedo oler fresas sin desear un postre, la boca se me hace agua, a veces incluso imagino el olor―

―Come con cuidado― Erika se acerco al omega con una servilleta en mano y un vaso con leche ―Son todas para ti, tranquilo―

―Dejalo Erika, no importa si esta esperando, sigue siendo un niño― la voz de Ibeke estaba cargada de alegria y adoracio

La alfa y beta se mantenian junto al omega en el jardin. Lejos quedaron los dias en que el palacio habia sido atacado, habian pasado exactamente tres meses en los que el embarazo del castaño abanzo con absoluta normalidad y bienestar.

Fue justo a las seis semanas que el doctor habia logrado, con ayuda de intrumentos y sus sentidos desarrollados, asegurar con exactitud que el omega esperaba dos bebés, de toda la palabreria del doctor Stiles solo puedo entender que los latidos de un bebé eran mas audibles que los del otro, lo suficiente para poder distingir uno de otro, aunque no entendia todo lo que el doctor decia se conformaba con saber que sus cachorros estaban bien.

Stiles estaba muy feliz con su embarazo, su vientre crecia dia a dia tanto que para esos momentos sus vestidos parecian mas camisones que vestidos, ajustandose en el oecho dejando la tela de su vientre suelta. Parecia haber adquirido un gusto insano por las fresas y el helado, su criada, Erika, solia tener que obligarlo a comer algo que no fueran postres o fruta, algunas veces las emociones del omega le ganaban ocacionando que llorara sin razon alguna, se enojara por el menor motivo o se pusiera feliz por cualquier tonteria.

En ese momento, mientras el comia, veia a unos pasos a su adorado principe practircar con una refinada espada tallada en madera. Aun mas lejos estaba la sultana madre, las hemanas del sultan y las sultanas, Mahfiruze tenia en sus brazos al pequeño principe Mahmud que con el pasar del tiempo se parecia cada vez mas a su madre teniendo del sultan unicamente el cabello negro. Jefendi mantenia con ella a Osman, el vivo retrato de su majestad, exectuando su piel blanca, en conparacio a su padre de piel bronceada.

Katerina no daba indicios de embarazarse, a pesar de ser la unica favorita del sultan y quien mas vicitaba su lecho. 

. . .

El primer dia que el omega se habia atrevio a salir del aposento que compartia con el principe Mustafa, su vientre no era lo suficientemente notable aun, a penas cumplia dos meses por lo cual sus vestidos en ese momento eran normales. Camino por el harem buscando a Vernon para poder preguntarle por la criada rubia, las mujeres del harem eran todas nuevas, solo permanecian Süreyya y Katerina, de sus amigas rubias solo sobrevivieron Dilek y Jülide quienes se acercaron a el para hablar por unos minutos preguntandole donde habia estado y como se encontraba.

𝔖𝔲 𝔪𝔞𝔧𝔢𝔰𝔱𝔞𝔡 ...Where stories live. Discover now