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August 2, New York, 1970

Ir a fiestas nunca había sido mi pasatiempo favorito, prefería quedarme en mi habitación escribiendo o leyendo un libro, ir al cine y a conciertos. Ahora mismo estaba en una, mi amiga Natalie me lo pidió, le faltó arrodillarse y el drama se hubiera completado con broche de oro, sus otros amigos no podían, así que era su última opción de compañía, supongo.
Ella siempre me dice que si no salgo, nunca voy a tener novio, que sería una soltera como su tía, que dedico su vida a la escritura, así como lo pienso hacer yo, aunque a veces me ilusiono con tener un romance como en mis libros preferidos.

El humo de la zona inundaba mis pulmones, parecía ser parte del lugar, el club estaba inundado de Abba, lo único bueno del lugar, la música, grupos y parejas bailaban felices mientras yo estaba parada al lado de la barra observando como mi amiga hablaba como si conociera de toda la vida a un chico que nunca había visto, como siempre, espectadora.
El lugar estaba lleno de hippies liberales, a mi padre le molestaría mucho que comparta espacio con ellos, es muy extremista, se piensa que el 99% de los jóvenes son drogadictos y que nuestra única meta en la vida es armar una especie de guerra contra la iglesia y las ideas cristianas que tiene en su cabeza, quien sabe, eso dice él.
Estaba ocupada en mis pensamientos hasta que una escena me desconcertó, una pelea de amantes, creo.

Ella, con un vestido verde lima parada con cierta arrogancia.
-Lo olvidé, tenía cosas más importantes que hacer, es todo, además estoy con mis amigos, déjame en paz, voy a encontrar como divertirme-.
-Andate a la Mierda Giorgia, ¿sabes hace cuánto te estoy esperando?-.
Él chico parecía furioso, su ceño fruncido cambió rápidamente a un rostro angustiado, cuando escuchó las palabras de la morena.

No dijo nada, solo siguió sus órdenes de dejarla en paz, y caminó hacia delante encorvado, con una especie furia mezclada con decepción en sus pasos, me acordé que estaba viendo esto en persona y no a través de una pantalla cuando el mismo tipo me chocó y me hizo tirar mi bebida, cayó en sus zapatos, pero siguió dirigiéndose a donde él sabe donde. Un "Oye" se escapa de mi boca pero no me escucha.

Miro hacía un costado y Natalie se había esfumado, parece no importarle que vuelva sola en las calles de Nueva York, o tal vez estoy exagerando y fue solo al baño.
Miro hacía abajo y tenía bebida derramada en el vestido que me presto mi amiga, la lastima por el chico desapareció rápidamente en ese momento.
Por suerte era solo una pequeña mancha, saldría, igualmente me sentía algo enojada, por toda la situación, estar acá era un problema.

Encontré a Natalie en la terraza con su nuevo amigo o lo que sea.
-¿ves algo que te gusta en el club?-. Pregunta con sonrisa pretenciosa.
-no, realmente me aburro, si querés quedarte con él no me enojo, adelante-
Dije dedicando una sonrisa a la parejita.
El chico solo fumaba y me miraba como si fuese un payaso, realmente era extraño.
-Esta bien, pero ten cuidado, ¿si?-.

Wildest Dreams • Robert De NiroWhere stories live. Discover now