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-Robert- llamé su atención, mientras caminaba mirando al suelo.

-Mia- sonrió alzando la vista.

-No quiero irme a mi casa hoy, ¿podría ir a la tuya?, se que tal vez sea in...-.

-claro que puedes- quedó pensativo y siguió -conocerás mi casa dos días antes de lo planeado- río.

-La ansiedad me mataba- bromee, sabiendo que es otra la razón.

-mi casa está a unas cuadras de aquí, justo en frente de un bar, a una cuadra del parque- índico con las manos, y cuando las bajo para seguir con el ritmo normal de la caminata tomó la mía.
Sus manos estaban algo frías, pero eran suaves, como su personalidad, dicen que las manos hablan mucho de eso ¿no?.

Seguimos caminando en silencio, pero era un silencio cómodo, ya no sentíamos vergüenza de estar al lado del otro, es nuestro espacio seguro, bueno al menos él es mi espacio seguro ahora.

Subimos a su apartamento por el ascensor y le agradecí por dejarme pasar la noche aquí.

Entramos ambos a su hogar, cerró la puerta detrás de él y dejó su saco sobre una silla que había en la mesa.
Era bastante bonita la decoración en comparación a mi casa, no tenia lujos pero aún así se ve que Robert tiene un buen sentido de la decoración.
Un cuadro en particular me llamó la atención.
-Lindo decoración Robert, me encanta este cuadro- dije acercándome un poco a verlo.
-Lo pintó mi padre- mencionó con orgullo. -Le encantaría escuchar que admiren su arte, le encantaría conocerte- dijo acercándose para quedar a mi lado.

-¿Estás seguro de eso?, parece que no le caigo bien a los padres-.

-Te lo aseguro, ya le hablé de ti- lo último parece que se le escapó, y yo no lo podía creer, le habló sobre mi a su padre.

-Eres muy lindo, ¿sabías?- lo tomé por los hombros para dejar un beso en su mejilla, al separarme me sujetó de la cintura y me acercó de nuevo para besarme.

Nuestros labios se unieron por segunda vez y parecía mejor que la anterior, no quería que nunca me deje.

-te prepararé algo de comer, ya vengo- dijo al separarse por falta de aire -siéntate en el sillón o en el comedor, en donde prefieras- acaricio mi mejilla y se fue a la cocina dejándome ahí parada.

-No, Rob, no es necesario, tomaré un té- dije siguiéndole el paso.

-Oh Mía, pero yo también tengo que comer- río -Aunque si te sentís mal del estómago te preparó un té.

-De hecho ya comí- confesé -así que observaré con mi té como comes tu menú, el viernes probaré a ver qué tan buen chef eres-.

-No esperes tanto- reímos.

Termine ayudándolo a preparar una pizza ya que tenía una en su nevera, y él me preparó un té.
Pasamos la noche riendo y olvidando todo lo sucedido, mañana habría tiempo para afrontarlo.
Después de cenar fuimos a su habitación para ver su colección de vinilos.
-Rubber Soul, me encanta- admiti tomando el vinilo.
-buen gusto- respondió.
Pasó aproximadamente una hora mientras hablábamos de nuestros gustos musicales.

-Mia, dormiré en el sillón- se despidió besando mi frente.

-Por favor, no te vayas- lo tomé de la muñeca insistiendo.

Robert se quedó observándome algo confundido pero asintió dudoso.

-Si es lo que quieres, bien.

-además, hace frío- agregué sonriendo al final.

-puedo encender la estufa- ofreció.

-No es necesario Rob-.

-Bueno, emm, traeré la almohada que dejé allá, ya vuelvo.

Asentí y me quedé sentada en la cama observando el cuadro que yacía en la mesa de luz de Robert, era un niño y un hombre de, al parecer, unos 30 años sosteniéndolo. El mayor era parecido a Robert, quedé mirándola hasta que la almohada cayendo sobre la cama me sacó de mis pensamientos.

-oh, ese es mi padre, se llama Robert, bueno igual a mi- sonrió al nombrarlo.

-Si, lo nombraste cuando nos conocimos, el pintor- lo miré y observé cómo rodaba los ojos al recordar ese vergonzoso momento.

-Asi todo estas aquí, pensé que nunca te volvería a ver.

-Yo tampoco si soy sincera, pero me conquistaste el segundo día que nos vimos, o tal vez el primer día pero en ese bar cuando pediste un café puro- recordé con brillo en los ojos.

-¿con que te conquisté?- hizo una sonrisa pícara a lo que no pude evitar reírme, me encantaba esta faceta de él. Bueno ahora estoy sabiendo quién es realmente, el chico misterioso podía ser gracioso.

-Si- admiti en el mismo tono, y me recosté a su lado. -además, estoy segura que te vas a convertir en una estrella de cine, después le diré a mi hijos, ese hombre, Robert de Niro recibiendo el oscar, lo conocía, lo conocía muy bien- ahora nos estábamos mirando acostados, el silencio es cómodo juntos, su mirada ahora era profunda y pensativa.

-¿Y porqué les hablarías en pasado a tus hijos?- pregunto, ahora en serio. -¿No me ves a tu lado?.

-Si te vuelves famoso, seguro estarías con una modelo, seamos realistas, aunque espero que me recuerdes- aún seguí con la broma, mi intención no era una charla seria, suficiente tuve con mis padres.

-Que lastima, yo pensé en dedicarte ese premio- oh, seguía hablando en serio.

-Ay Robert, ni siquiera...

-Mia, se que tal vez no sea el momento ideal, pero no puedo soportar no decir que oficialmente eres mi novia, ¿te gustaría serlo?- preguntó con sus ojos almendrados brillando, mientras colocaba una mano en su cabeza y su codo en la almohada.

Realmente no me lo venía venir.

-Robert, siempre sería el momento- acaricié su mejilla. -claro que ahora soy tu novia oficial- y las lágrimas amenazaban con salir otra vez, pero eran lágrimas de felicidad ahora, y los fuegos artificiales explotaban en mi estómago.

-Te amo- tomo mi rostro y después de dedicarnos una sonrisa nos besamos otra vez más.

Y el día mejoró, los rumores son ciertos, soy la novia de Robert De Niro.

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⏰ Última actualización: Aug 08, 2023 ⏰

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Wildest Dreams • Robert De NiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora