𝐄𝐔𝐍𝐎𝐈𝐀 - 𝗡𝗲𝘁𝗲𝘆𝗮𝗺 𝗦𝘂𝗹𝗹𝘆

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‹ 〔 sus. m〕Condiciones, reglas o
argumentos que entran en un
debate, una argumentación.

                    Una, dos, tres gotas se deslizaron sobre las hojas del pequeño helicoradian. De la misma forma en que la gota descendía con velocidad, así pasó el año en Pandora.

El enlace con mi avatar fue una experiencia bastante extraña pero a la vez satisfactoria. Era una experiencia completamente diferente, el poder explorar los alrededores como si fuera parte del lugar. Sentir la tierra bajo mis dedos, respirar profundo, disfrutando de los tranquilos sonidos de la naturaleza, pero cada momento era interrumpido por alguna nave o maquinaria pesada que destruía todo a su paso; a lo que me llevó a muchísimas discusiones con la general.

Sabía lo que conllevaba nuestra llegada al planeta, pero sentía que mi trabajo era más difícil con todas esas personas destruyendo todo a su paso. No pasaron bien tres meses cuando decidí mudarme de la base a un enlace móvil junto con el doctor Vázquez, quien resultó ser un hombre bastante agradable, y nos internamos en el bosque; lo suficientemente lejos para que no nos molestaran. Aun así, me abstuve de realizar muchas de las cosas que quería por el miedo a que fueran a hacernos daño. Sabía que aún nos miraban de alguna forma u otra y no les daría el gusto de enviarme a casa.

Me las había arreglado para crear un pequeño vivero en la parte posterior de nuestro laboratorio móvil, la flora era sumamente exquisita y cada día que pasaba encontraba algo diferente. Nuestra flora era buena, pero Pandora era otro nivel. Había logrado cultivar plantas pequeñas como fresas, piñas, melones, guineos, maíz, pero su sabor era diferente, más dulce, pero sabía que la dulzura no iba a ser suficiente y que con él pasar de los tiempos terminarían podridos.

Suspire con pesadez tomando la maceta con el helicoradian dirigiéndome a la salida del vagón. Me coloqué la exo-máscara y salí caminando por la pequeña granja improvisada. A unos pocos pasos se encontraba Eddie regando las fresas y noté que en el proceso se comía unas cuantas.

—Si continúas comiéndotelas, no dejarás nada para hacer la mermelada del desayuno de mañana— comenté riendo suave.

—No puedo evitarlo, son deliciosas— respondió con la boca llena mientras limpiaba su mano de su pantalón—. ¿Cómo va la helicoradian?

—Cada día crece más, estará lista para replantarla en una semana— con este dejando la maceta sobre la mesa, posicionándola de una forma que recibiera una buena cantidad de sol.

—Hoy llegaron tus bebés, ¿estás emocionada?— lo miré mordiendo mis labios, reclinándome de la mesa, dejando mis manos apoyadas del borde—. Tomaré eso como una respuesta mixta.

—Es que... no lo sé, Ed. Este último año no fue lo que esperaba y por alguna razón tengo un mal presentimiento— chasquee la lengua, reincorporándome, acercándome a paso lento hacia él—. ¿Por qué esperaron un año para enviarlos a ellos en algo que yo pude hacer? Escuche la última vez que estuve en la base que la general quiere que exploren el área y que intenten mezclarse con los nativos, ¿cuál es la diferencia entre ellos y yo?