𝐄𝐔𝐍𝐎𝐈𝐀 - 𝗔𝘃𝗮𝘁𝗮𝗿: 𝗧𝗵𝗲 𝗪𝗮𝘆 𝗼𝗳 𝗪𝗮𝘁𝗲𝗿
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𝗞𝗔𝗜𝗟𝗔𝗡𝗜 𝗧𝗢𝗥𝗥𝗘𝗦 le habían dado la oportunidad de su vida, haciendo un viaje a la luna que captó la atención de la humanidad l...
Forcejee para poder soltarme, pero el esfuerzo era en vano. Mi vista navegaba de la cuchilla que tenía en mi pierna a los soldados que nos tenían aprisionados. Lo'ak cedió a su petición y lanzó su arco al suelo, seguido de Spider que parecía dudar de sí era lo más sensato y al poco tiempo todos nos encontrábamos de rodillas en la tierra.
—¿Qué tenemos aquí?
Quaritch nos miró fijamente uno a uno intentando descifrar o calcular algún plan. Cuando su mirada llegó a mí, sentí mi corazón latir con fuerza, sintiendo muchísimo miedo de que fuera a delatarme. Me tomó del mentón para que pudiera verlo fijamente a los ojos, su mirada era penetrante, se sentía como si pudiera ver hasta mi alma, pero antes de que pudiera decir algo, uno de sus compañeros habló.
—Tiene cuatro dedos— comentó esté tomando la mano de Kiri, mostrando que tenía cinco dedos—. Esta es una mestiza.
El Coronel la miró soltándome y luego giró sobre sus talones acomodando su arma para dirigirse hacia Lo'ak.
—Quiero ver tus dedos— ante aquella petición, el mayor lo miró con seriedad levantando sus manos mostrándole el dedo del medio, a lo cual Quaritch río con amargura—. Eres su hijo, ¿no?— Lo'ak respondió a su pregunta con un siseo—. Claro que eres su hijo.
Sin previo aviso, lo tomó de su cabello bruscamente levantándolo, a lo que el chico soltó un grito de dolor y enojo a la vez. Me removí intentando liberarme, pero el agarre que tenía era uno mucho más fuerte de lo que parecía.
—¿Dónde está?— preguntó, tirando más del cabello del chico.
—Perdón, no habló español... con imbéciles— respondió Lo'ak.
—¿En dónde está tu padre?— volvió a preguntarle tirándole del cabello más fuerte, a lo que el chico soltó otro grito de dolor.
—Déjalos en paz— supliqué forcejeando una vez más en el momento que el coronel sacó su cuchilla llevándola hasta el cuello de Lo'ak.
Los gritos de súplicas de Kiri y Tuk captaron su atención, más las palabras mencionadas por la hermana mayor. Quaritch lo soltó, dejando que cayera al suelo, siendo retenido una vez más y caminó a paso lento hacia Kiri. Ante aquella acción, los otros tres se alteraron intentando liberarse para proteger a su hermana, pero para Spider parecía que aquello era algo más.
—¡Hey! ¡No la toquen!—forcejeo inútilmente, captando la atención del Coronel—. Por favor... no la lastimen.
—¿Cómo te llamas niño?
—Spider... Socorro.
Un silencio algo incómodo se formó en el círculo, el líder de los avatares intercambiaba miradas con el humano intentando procesar, tal vez recordar, algo familiar.
