Kiyokata Ayanokouji por fin disfruta de una vida normal que tanto deseaba, con una nueva novia llamada Ai-chan. Cada lunes disfruta de la presencia de la chica, mientras algunos de sus amigos disfrutan de la tranquilidad en la ciudad de Tawawa.
Disclaimer: Ninguna serie me pertenece, crédito a sus respectivos creadores.
Sean bienvenidos a otro capítulo más de mi vida, espero que se encuentren bien, pero bueno ¿Recuerdan la última vez que salí con Ai? Ella me había dicho que si tenía tiempo, fuera a visitarla en su trabajo a la panaderia.
Habían pasado ya algunos meses desde que habíamos decidido salir, sin la necesidad de usarla para buscar un objetivo como todos, y por cualquier medio, cumplirlo, pero aquí no era el caso, simplemente la relación está evolucionando poco a poco a un ritmo que jamás había visto.
¿Ya no veo herramientas? ¿Veo la cara buena de las cosas? Muchas cosas estaban pasando en mi cabeza, gracias a Ai, ella no era una herramienta, es más que eso.
Ocurrió un lunes por la tarde, yo había decidido llevarle algo de comida, ya que no se suele llevar almuerzo a su trabajo, no es por impresionarla, ni mucho menos, simplemente puedo decir que no me gusta verla en ayunas, venía caminando en la calle, con toda la tranquilidad del mundo, era un día tranquilo después de todo, y una vez que camine, pensé en lo que Ai me había dicho el otro lunes.
"Si gustas, algún dia, quisiera que me visitaras".
Una vez que me detuve, ahí estaba en frente la panadería, con el bolso de comida envuelto de color azul en la mano derecha, me acerque directamente para entrar al establecimiento, pero me detuve unos momentos para admirar la imagen de la estructura.
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El viento golpeaba mi cabello, como si de un pájaro se tratase, así que procedí con cautela a entrar y para mí sorpresa ella estaba ahí, vistiendo el uniforme de panadera que me había mostrado en una fotografía, estaba con una canasta de pan en la mano y una pinza en la otra.
-"¡Bienvenido!"-, me dijo saludando.
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La verdad, sentí un cosquilleo en mi estómago, aunque no lo expresará fácilmente, debo de admitir que su uniforme era lindo, después de todo.
-"¿Mesa para uno?"-, preguntó.
Era normal que preguntara como queria la mesa, pues una persona finge ser otra con el trabajo que tiene y ella solo está cumpliendo su papel de mesera, así que solo seguí la corriente para que no la interrumpa.
