LIMERENCIA: obsesión a ser amado
cindy y harry han sido amigos desde que tenían memoria, y en su segundo año en hogwarts hizo que se dieran cuenta que sus sentimientos eran distintos a lo que pensaban, y cuando confirmaron su relación nadie se sorpr...
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Muchas cosas pasaron en sólo unos pocos meses.
Hermione le dijo a la profesora McGonagall sobre lo que pensaba de la Saeta de Fuego y poco después Harry ya no la tuvo entre sus preciadas manos; Sirius Black apareció en el dormitorio de los chicos y asustó a Ron; Ron y Hermione volvieron a pelearse por culpa de sus mascotas; por suerte Harry volvió a tener su escoba para el partido de Gryffindor contra Ravenclaw, donde Cho Chang lo veía como si estuviera enamorada pero Harry ni sabía de su existencia; y luego, McGonagall le prohibió a Harry que fuera a Hogsmeade, eso fue como un balde de agua. Incluso Lily le dió permiso, siempre priorizando su protección.
Una noche antes de Hogsmeade, Harry miraba fijamente al fuego rojo e intenso proveniente de la chimenea, sin darse cuenta del leve ruido que se presentó cuando Cindy dejó una bandeja con dos tazas en una mesita frente a los sillones rojos y se sentó junto a él.
Recién se dió cuenta de su presencia cuando sintió como movía su pelo revoltoso en su frente.
─Hey..
─Hola ─correspondió Harry, en un susurro sin ganas de ni siquiera de hablar.
─¿Cómo estás? ─lo atrajo a ella y Harry la rodeó con sus brazos refugiandose en los de ella, no respondió pero Cindy supo que con ese silencio le confirmaba todo─. Mira.. sé que te estás molesto con tu madre, Hermione y McGonagall, pero tienen sus razones.
─¿Tú también? ─se alejó, mirandola con decepción, incluso parandose del sillón.
Cindy abrió la boca sin saber qué decir─. Yo- es que Harry, debes entender, sabes bien quién es Sirius Black y porqué está manifestandose cada vez más cerca.
─Pero no es justo, no pueden prohibirme ir a Hogsmeade. Si debo enfrentarme a Sirius Black lo haré.
Lo decía tan seguro pero Cindy sabía que no iba a ser fácil. Él era un adulto, un fugitivo de Azkaban. Si habia podido escapar era porque tenía la fuerza suficiente como para burlar a los dementores.
─Harry, no es tan sencillo. Una cosa es decirlo y otra hacerlo ─vió que Harry no le estaba haciendo caso por lo que tomó sus manos y lo obligó a volver a sentarse─. ¿Puedes escucharme? Sólo te pido eso.
Harry desvió la mirada, la molestia seguía dentro de él pero no podía enojarse con ella. Cindy siempre fue de las que podía aliviar el ambiente sin esforzarse ni un poco.
Finalmente suspiró y volvió a refugiarse en sus brazos, recibiendo caricias en su espalda.
─Tenemos más años para ir a Hogsmeade todos juntos, incluso Iza podrá ir con nosotros. No te pongas mal, es por tu propio bien. Es lo único que queremos; protegerte.
