Samanta nunca se ha considerado alguien normal, ni siquiera se consideraba a si misma humana, las cosas que veía, lo que podía hacer, jamás serian comunes, ver cuando alguien iba a morir, controlar el agua y pronosticar el clima no eran cosas que pu...
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Hay un momento del día en el que el cielo parece querer caer sobre nosotros con toda su luz radiante, se muestra de un tono tan rojo que llega a causar miedo por lo apocalíptico que se siente el momento. Los atardeceres son hermosos la mayoría del tiempo, para los normales es un espectáculo visual, pero para mí es algo bastante difícil de ver por todas las almas que intentan alcanzar la luz a esa hora del día.
La mayoría del tiempo es sencillo ignorarlas, solo debes seguir de largo para que no noten que las ves, pero cuando la luna cambia de ciclo, se vuelve difícil. Las almas se agitan de tal manera que la naturaleza violenta o alocada de cada ser humano se revela a los vivos.
No es un juego lo que se dice de la luna, su luz sí afecta de formas misteriosas a los humanos, su poder de atracción no todos lo pueden resistir. Y eso es algo que muchos prefieren ignorar, porque temen a lo que la luz plateada pueda provocar en sí mismos, lo mismo ocurre con el bosque, es mágico y demasiado tentador, lleno de todo lo que como humanos civilizados tememos, nuestros pies caminan directo al bosque para conectar con la naturaleza, para volver a sentirla rozando nuestra piel, recordándonos que ella fue primero, que no podemos escapar de lo que un día fuimos, que, aunque intentemos olvidarlo ella jamás lo hará.
Ellosjamás olvidan.
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