Olivia
No le contesto nada.
Mis ojos van directamente a sus labios y siento mis manos arder sobre su traje.
Estoy sorprendida, pero de alguna manera, se siente relajante volver a estar así.
— Suéltame. — Logro decir.
Su sonrisa se borra.
— ¿Por qué nunca puedes decir nada, Olivia?
Quisiera decirle que sólo tengo una razón para justificarme, pero lo único que logro es bajar la mirada y morder mi labio inferior con todas mis fuerzas.
— Porque quiere que la sueltes.
Volteo a ver al responsable de esa voz y me sorprendo al encontrarme con Luke frunciendo el ceño.
Zack se tensa y me suelta inmediatamente.
— ¿Estás bien? — El pelirrojo me mira preocupado y se acerca a mí.
Zack lo mira como si quisiera matarlo.
— Sí. — Murmuro.
Tal vez no, pero se intenta.
— Bien. — Luego mira a Zack con fastidio. — Puedes ser el dueño de una empresa internacional muy importante, pero aquí en Londres tienes que dejar a una mujer en paz cuando lo pide...
Luke...lo que pasa es que yo no quería...aunque...bueno, el caso es que no estaba pidiendo un salvador o algo por el estilo, estaba perfectamente normal en los brazos de Zack...no, ¿Qué estoy diciendo?...no podría, yo tengo que alejarme, de sus ojos salvajes y de esa atracción que me tiene loca, si no, Zack será mi perdición.
— ¿Quién eres? — Es lo único que Zack pregunta.
Luke ríe y lo mira mal.
— Eso es lo que menos importa, sólo discúlpate con Olivia.
— Tú no sabes por qué estábamos así y tampoco debería importarte. — Zack dice con más diplomacia.
— Suficiente. — Digo. — Luke, aquí no ha pasado nada, el señor Miller solo está confundido.
— Claro que no, y tú lo sabes bien. — Zack refuta.
— Bueno, como digas, pero vete por favor que tenemos muchas cosas que hacer. — Pongo los brazos como jarras y le doy una mirada de advertencia a Zack. — Vámonos, Luke.
El pelirrojo asiente y nos vamos caminando.
No volteo a ver en ningún momento hacia atrás, pero sé que la mirada penetrante de Zack está ahí, taladrando mi alma y buscando algún vestigio de luz que le permita hacer conmigo lo que quiera y no deseo que lo logre.
***
— Siento que me estás ocultando algo, ¿Peter volvió a molestarte? — Mamá me pregunta.
Frunzo los labios.
— Claro que no. — Saco el pavo del horno.
— ¿No? — Me mira asombrada mientras continua batiendo la mezcla para galletas. — Entonces, ¿qué es?
— Debe ser por ese chico del hospital. — Papá entra en la cocina diciendo eso.
— ¿Cuál chico del hospital? — Abro los ojos con nerviosismo.
— Pues...
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No soy un cupido negro - Las flechas de Cupido #2
RomanceLibro #2 de la Bilogía Las Flechas de Cupido. Descubrir lo peor de todos había sido la epifanía de que ella misma tenía defectos y que dichos defectos podían ser algo positivo...aunque eso no lo había descubierto sola. Zack había sido su luz para r...