9. No tienen remedio.

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Nota de la autora: La canción es por más o menos lo que siente Zack, pero la pongo más porque no se me sale de la cabeza.

Olivia Basset

Nunca esperé tener que salir corriendo a Berkeley para presenciar el nacimiento de alguien, pero la bebé Birdie es un ser que de una u otra manera me da tanta paz y esperanza que sería imposible negarme a conocerla.

Seré la tía consentidora. 

Me mudé al otro lado del mundo para alejarme de todo, pero hay cosas que son imposibles de dejar atrás.

— Janna, respira, ya casi llego, en doce horas estoy allá. — Le envío un mensaje de audio ya que no puedo hacer llamadas en el avión.

Ya va despegar, así que mejor miro los últimos mensajes antes de que quede incomunicada por horas.

La pelinegra me devuelve una foto de ella con una bolsa de papel y al final de la foto la frase: "Dolly debe estar pensando que soy una cobarde". 

A veces me preocupa la salud mental de mis amigas. 

Eran las 3 de la mañana cuando me llamaron a darme la grata noticia de que Dolly tenía contracciones y casi me rompo una extremidad mientras corría por toda la casa empacando cosas, sin embargo, mi hermano intentaba despreocuparme insistiendo que Frankie me prestará ropa. Ciertamente, esa idea me dio más pánico y continué con mi histeria. 

No me imagino usando los vestidos florales de Frankie.

Debería aprovechar estas horas que me quedan en el avión para descansar un poco, después de todo, Berkeley me va a recibir con una explosión de emociones.

Me pregunto si Zack también fue avisado del nacimiento de Birdie, o si sabe por lo menos que Dolly está embarazada.

***

Los gritos de Dolly resuenan por todo el pasillo. Gracias a eso, no tuve que preguntar donde estaba.

Afuera de la habitación están Asher y Charlie comiendo papas fritas, con cara de trauma.

¿Qué está pasando aquí?

— ¡Cállate maldito imbécil de mierda! — Oh, entonces es cierto que las embarazadas insultan como camioneros, porque Dolly está haciéndolo justo ahora.

— Chicos. — Saludo a la pareja que apenas se ha dado cuenta de mi presencia.

— Livvie. — Charlie se levanta a darme un abrazo y esconderse tras de mí. — Tengo miedo.

Asher me da un beso en la mejilla y se acomoda con su novio.

Ambos están temblorosos.

— ¿Qué pasa? — Volteo a verlos con burla.

Se ven graciosos.

— Esa mujer es un demonio. — Comenta Asher.

— Nos ha insultado de muchas maneras diferentes. — Charlie traga saliva.

Suelto una carcajada.

Lo siento, pero es absurdo que le tengan miedo a Dolly, o sea, es Dolly. 

— Entraré a saludarla y ustedes...sigan con lo que sea que estuvieran haciendo antes de que yo llegara. 

Toco la puerta aunque esté abierta y entro con una sonrisa que se me borra cuando una almohada vuela en mi dirección.

La esquivo.

No soy un cupido negro - Las flechas de Cupido #2Where stories live. Discover now