Capitulo 7

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El suave tintineo de la pequeña campana de claridad había cesado. A lo lejos todavía se escuchaban algunas voces de discípulos hablando del último incidente entre su venerable líder y su reciente sacrificio. Por supuesto, nadie se atrevería a alzar demasiado la voz en los pasillos cercanos a la sala donde dos líderes de secta están reunidos; olvidaban que con el alto nivel de cultivo de estos mismos, podrían ser escuchados así estuvieran en el pasillo contiguo.

Rayos de sol se filtran por la ventana, iluminan cada rincón del lugar donde únicamente hay tres personas presentes.

Un ambiente taciturno y tenso inunda la sala, el manto cálido abraza sus cuerpos y comienza a aparecer una suave capa de sudor bajo la ropa.

Yunmeng Jiang es cálido, especialmente hoy, con un cielo despejado, desprovisto de nubes y el sol en su punto más alto. El aroma fresco del lago era un soplo de alivio en un día tan caluroso.

Muchos cultivadores jóvenes solían tomar descansos navegando o nadando en el vasto lago en este momento de día. Al menos, así era cuando el venerable líder de secta se encontraba demasiado ocupado para regañarlos.

Por el Muelle se ofrecían delicias refrescantes y muy pronto se celebraría el Qingming, un festival donde honrarían a los antepasados y la llegada de la primavera. Contrario a los rumores que se hablaban sobre el Embarcadero de Loto siendo un lugar lúgubre, donde se creía que todas las personas se habían convertido en muertos andantes o bandidos sanguinarios; se respiraba un aire festivo y alegre.

Lan XiChen lo había sentido desde que despertó, Yunmeng era diferente. No hay el mismo silencio de Gusu. Es agradable en un sentido diferente a lo que está acostumbrado.

No le molestaba en absoluto, aún después de haber vivido otra situación cuando menos vergonzosa.

Respiró profundo, sin delatar ningún tipo de emoción que perturbe aquel ambiente. Sujetó la manga para que esta no colgara en el momento en que tomaba la taza de té. El primer jade de Gusu llevaba las túnicas de la secta de Yunmeng Jiang, más específicamente, las de su líder de secta.

Esta vez ató su cabello con una cinta ofrecida por Wei WuXian, así lucía menos desordenado. Su rostro ovalado con rasgos refinados, siempre resaltaría con la piel nívea y ese par de ojos alargados. Es la apariencia de un hombre en sus veintes, bastante atractivo; lleva un aire de elegancia y delicadeza que engaña a los ojos, pues Zewu-Jun ha demostrado un carácter impredecible como el gran Sandu Shengshou. Es un caballero dispuesto a entregarse a la batalla en caso de requerirlo.

Pero no por ahora.

Es imposible.

Lan XiChen acaba de ser emboscado por los dos cultivadores demoníacos. Su nivel de cultivo se redujo a la mitad, podría ser vencido por cualquier guardia resguardando las puertas de la secta. Tampoco lleva su espada para defenderse; y usar sellos de mano iba a ser un método lento y poco efectivo.

A pesar de todo, el primer jade de Gusu hace honor a su reputación y se mantuvo tranquilo, sin proferir palabras contra sus captores. Se limitó a escuchar las vagas explicaciones; pese a encontrarse abrumado por el incidente anterior, no intentó huir de nuevo.

Después de que los dos cultivadores frente a él se quedaran en silencio, Lan XiChen reflexionó un momento en su mente y aclaró su garganta, sintiéndose presionado para decir algo.

—En pocas palabras, ¿ha mentido a todos diciendo que soy su concubino?

Por tercera vez, la pregunta emergió desde los labios de color durazno; como pasó con las dos veces anteriores, Lan XiChen ahogó cualquier otra palabra bebiendo del amargo té.

Capturando a la Belleza [ChengXi]Where stories live. Discover now