Capitulo 16

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Lan XiChen giró en la cama, inusualmente incómodo. Sus suaves cejas parecían un par de trazos difuminados por el malestar, una catástrofe que se manifestaba dentro y fuera de su ser.

Las gotas de sudor perlado le causaron escalofríos por todo el cuerpo. En sus sueños transitaba por un solitario camino cubierto de fango y lluvia, no podía avanzar tan rápidamente para alcanzar a la persona caminando delante.

Esa silueta masculina de porte orgulloso le daba la espalda y le decía que jamás podría ayudarlo. Podía ver el látigo rebosante de energía espiritual serpenteando a su paso, la cinta púrpura atando su cabello revoloteaba con un ruido acompañado de los rayos y truenos de la tormenta.

Lan XiChen se esforzaba para alcanzarlo, pero no importaba cuánto lo llamara o intentara correr; el fango lo obstaculizaba y la tormenta opacaba sus gritos.

Así, Sandu Shengshou se alejaba directamente a una batalla sangrienta donde todos clamaban por su muerte. Él luchaba valientemente, igualando la agresividad y dureza de sus enemigos, pero finalmente recibía las estocadas mortales de cada líder de secta.

Cuando el primer jade había conseguido llegar junto a él, abrazar esas túnicas manchas de escarlata, sentir el calor enfriándose; Sandu Shengshou se convertía en ceniza dispersándose muy lejos. Entonces nuevamente lo perdía.

"No puede ayudarme, líder de secta Lan" la declaración que escuchaba en medio de todo ese caos, había hecho trizas a XiChen.

Él sabía que esto era un mal sueño. Sin embargo, su subconsciente lo torturaba en este escenario novelesco de tragedia, no podía controlarlo.

Quería despertar.

Deseaba cubrir este frío que lo acongoja.

Pero nada ni nadie lo estaba sacando de la pesadilla.

Y la verdad, lo que le esperaba al despertar, sería parte de la dura realidad, donde tampoco puede estar con Sandu Shengshou.

"Tengo que aceptarlo"

Lan XiChen solamente quería encontrar la manera de superar esa tristeza, poner una buena cara y ayudar a su persona importante.

Varias gotas de sudor resbalaron por su rostro, en lo que se removió inquieto en la cama. Sus labios color durazno eran un par de líneas resecas, la palidez se apoderó de la piel inmaculada e instintivamente se hizo un ovillo bajo las sábanas; como un niño buscando un lugar donde poder ocultar su fragilidad.

Las seis de la mañana ya habían transcurrido en el Embarcadero de Loto. Desde la primera hora del Mao-shi (el amanecer), los sirvientes y discípulos ya estaban trabajando por las órdenes de su venerable líder de secta.

Anoche se colgaron linternas y se quemaron papeles moneda para los que perdieron la vida, no solo durante el incendio, también muchos de los heridos que regresaron. Hoy todos estaban ocupados entrando y saliendo de la sede de la secta; colocando todo tipo de adornos coloridos por los pasillos y la puerta, preparando un gran banquete en la cocina, acumulaban petardos en el muelle y los botes con cabezas de dragón de papel, eran el gran motivo de entretenimiento para los niños.

A la llegada del medio día, los sirvientes se tomaron un descanso a la orilla del lago, comiendo pipas de girasol. Se dedicaban a intercambiar los últimos chismes en la secta:

—La señorita Rong otra vez estaba pidiendo que se decore con linternas y sedas rojas. Parece que ya está a punto de llevar al joven amo a la ceremonia de matrimonio, sin que él lo haya aprobado.— una de las muchachas se burló, siendo secundada por suspiros de disgusto de sus compañeras.

Capturando a la Belleza [ChengXi]Where stories live. Discover now