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-Te decía que me salvaste, Charles-. Arquee una ceja, normalizando ya el color de mis mejillas y el acelerado ritmo de mi corazón. -Ayer cuando volví a mi casa, Zhou me estaba esperando ahí, mis padres le dejaron entrar porque ella y sus padres son buenos amigos de mi familia, pero Zhou estuvo a punto de entrar en celo, así que anduvo muy cariñosa cuando me la encontraba en mi oficina y al llegar a mi casa lo intentó también.

¡Por eso la marca de labial! Pensé, pero no lo dije, simplemente me quedé admirándolo, esperando que continuara hablando, aún yo no entraba en el tema de conversación así que no veía por qué lo había salvado si lo único que hice fue llorar como un cachorro abandonado y dormir en sus brazos.

-Cuando volví a casa, ella conoció tu olor en todo mi cuerpo y ni siquiera quiso acercarse, después simplemente se fue.

Mi rostro seguramente enrojeció de nuevo a causa de las palabras de Carlos, aunque no me sentía mal, estaba feliz de saber que le quité de encima al chico ese y por la sonrisa con la que él venía, me imaginé que él también.

- ¿A él le gustas?

-No lo sé, supongo-. Se encogió de hombros, deteniendo su auto en la puerta de mi universidad. -Somas amigos desde hace mucho, nuestros padres viven pensando que seríamos una pareja perfecta, supongo que tanta presión hace que ella lo piense también.

- ¿A hecho cosas como esta antes?

-Si, muchas veces-. Carlos se acomodé mejor en su asiento, apagando el motor del auto. -Pero no es como si me importe, normalmente lo hace cuando está cerca de su periodo de celo. Es buen amigo si le quitas las ganas que tiene de lanzarse en busca de un alfa.

-Creo que es en busca de ti, no de cualquier alfa.

-Me tiene sin cuidado, no estoy interesado en ella ni mi alfa tampoco.

- ¿Y siempre es así? ¿Tu alfa y tu suelen estar de acuerdo con sus gustos?

-Nos llevamos mejor de lo que crees, le entrego mi confianza y él nunca me decepciona.

Carlos hablaba con una naturalidad increíble, no me imagino que sucedería si cedo el mando de voluntad a mi omega, seguro para este segundo ya estaría besando los labios de arlos, o rogándole que me lleve con él, que no quiero apartarme ni un segundo de su lado, que quiero que me...

No, no quiero que me muerda.

Nadie me va a morder nunca más, primero muerto.

-Debe ser lindo llevarse tan bien con ese otro lado-. Suspiré y, recargándome en el asiento, observando como cada vez la cantidad de personas que llegaban a la universidad iba aumentando.

- ¿Nunca lo has hecho?

-Solo durante el celo, nunca a voluntad.

-Ese otro lado no es malo, Charles-. Su pulgar acarició el dorso de mi mano y solo entonces recordé que aún su mano tomaba la mía, fue increíble, me sentía tan a gusto que casi ni lo consideré. No es como tu omega vaya a ir y suicidarse, solo hace lo que tu corazón quiere y no te atreves a hacer por miedo.

-A veces el miedo es bueno, Carlos, me salva de muchas cosas.

-Confía en tu instinto, tu omega por voluntad propia nunca te llevará a que hagas algo malo.

¿Qué diría Carlos si le dijera que mi omega a voluntad ahora quería besar sus labios más de lo que deseaba respirara?


𝗧𝗵𝗲 𝗣𝗘𝗥𝗙𝗘𝗖𝗧 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮. 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬Where stories live. Discover now