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Autora dice: Este capítulo es especial, es narrado desde la perspectiva de nuestro querido Carlitos, para que no se confundan.



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- ¡Carlos! Carlos ¿Estás escuchándome?

Despegué mis ojos de la laptop cuando observé le rostro de Max tan cerca de mí que de un cabezazo seguro podía romperle la nariz. Me alejé para evitar hacerlo y aunque siempre me había molestado cuando me sacaba de mis momentos de concentración, no quería que iniciáramos otra pelea, mi familia ya estaba cansada de nuestros arrebatos y de tener que arreglar mi oficina por como la dejábamos después de eso.

Max es mi mejor amigo desde que estuve iniciando la secundaria, él era un alfa como yo, sin embargo de algún modo logramos encajar después de molernos a golpes un par de veces, no es que me queje, así eran las clases debido al constante deseo de ser mejor que todos tus compañeros de género, Max y yo comprendimos que no había necesidad de llegar a eso, hemos sido amigos desde entonces y aunque cuando nos compartimos pensamientos podemos irnos a los golpes, aquí el que gana la pelea tiene razón, fin de la historia.

Mi familia lo contrató para que fuera como mi ayudante, mi mano derecha. Ellos se la pasaban la mayor parte de sus años viajando y todo lo que fuera en Inglaterra quedaba en mis manos, así que me trasladaron a su oficina hace un año, no me quejo, es mucho más grande que la anterior. Ser el único heredero de una de las empresas más conocidas a nivel nacional e internacional puede ser algo de demasiado estrés para cualquiera, yo que nací en cuna de oro y ya estaba completamente acostumbrado, sabía cuándo permitirme vagar e ignorar el trabajo y cuando no.

Por ejemplo, cuando recogía o llevaba a Charles, ahí me podía permitir ignorar el trabajo solo para después esforzarme el doble, no dejaría que todo se me junte como aquel jueves donde las cosas se salieron de mis manos, aún me hervía la sangre de solo pensar en que no acabé con la vida de ese desgraciado.

-Max, ¿Exactamente a donde les gusta ir a las niñas de tres años?

- ¿Qué? ¿Pero cómo voy a saber yo eso?

-No lo sabes, perfecto. Entonces deja de joder y deja que la maquina me responda.

Él rodó los ojos y se sentó en la silla corrediza frente a la mía, separados por mi gran escritorio, continue buscando entre las páginas las actividades favoritas de pequeños de esa edad, aunque todas me daban que parecían tan cliché que quise hasta mandarle mi carta a los usuarios de Yahoo! para que se vayan a la misma mierda con sus respuestas tan obvias e inútiles, jodidos idiotas.

Es muy importante agradarle a Caro, no es que tuviera experiencia con niños o en cortejos, pero Charles amaba a su hija y si realmente deseaba llegar a algo con él, necesitaba poder agradarle a lo más importante de su vida, esa bolita con piernas y brazos que responde al nombre de Carolina.

Sonreí al recordar aquel día que lo conocí, ese temor que creció en mi pecho cuando Charles me abrió parte de su vida y me contó su historia, pero por, sobre todo, recordé esas ganas que tuve de seguirlo apenas tres minutos después de que se fue, yo no iba a renunciar a mi omega solo por un pasado oscuro, no sería igual que con cualquiera, porque necesitaba a Charles en mi vida tanto como necesitaba respirar. Así es, he oído de esas historias tantas veces, pero nunca pensé vivir una.

𝗧𝗵𝗲 𝗣𝗘𝗥𝗙𝗘𝗖𝗧 𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮. 𝐂𝐡𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt