Adriano de fabbriMato a todos los guardias que se me cruzan en el camino, no me detengo, tomo mi arma y los mato, entre puñetazos, sangre, se escuchan sus gritos de dolor y súplicas.
Fueron inútiles, no los protegieron, por sus culpas, ahora, Iker está casi muerto.No me lo creí cuando llegue al hospital, pensé que solo era una de las bromas del ruso, pero cuando llegue y lo vi conectado a máquinas supe que nada era una broma que está entre la vida y la muerte.
Intentan detenerme, el japonés me toma de los brazos echándome de un fuerte empujón para atrás, haciendo que mi arma caiga.
-Quítate antes de que tú seas el próximo muerto!- no mido mis palabras, solo dejo que ellas salgan con rencor, la noticia está en un bucle en mi cabeza, se repite en ella, dejándome enloquecer por no haber llegado a tiempo.
¡-Te recuerdo que no le temo a la muerte italiano- sigue sin soltarme, me muevo fuertemente para poder saltarme, pero él me agarra bien- deja de moverte! ¡No conseguirás nada con esto! Matando a tu gente no lo traerás de vuelta!-
-Suéltame!- sigo con las ilusiones de que pueda acabar con todos- déjame matarlos para que así sientan lo que es morir!- no lo hace aprieta cada vez más su agarre. Van recogiendo los cadáveres, como escorias que son, dejan un largo recorrido de sangre.
-Si te quedas quieto y recapacitas bien, te dejaré!-grita serio.
-está bien, suéltame!- intento que lo haga, pero no es tonto el saber que aún sigo con intenciones de querer matar a todos. Me relajo, cierro los ojos, intento calmarme, pero aun así no hay nada en mí que me ayude.
Ver la doctora llorar, Iker en el suelo casi muerto, sangre, lloros, todo hace que quiera explotar, todo hace que me den ganas de matarlos por ser tan inútiles.
Nunca esto había ocurrido, en todos mis años en la mafia, ningún francotirador pudo dar con algunos de nosotros, porque antes de tener intenciones de hacerlo, ya estaba muerto, pero hoy, ha sido todo lo contrario, lo hicieron en menos de tres segundos.
Cierro los ojos con más fuerza, pero solo veo a la doctora llorar por su amigo, todo era un caos a su alrededor, todo era la peor situación para ella, verla llorar, gritar y suplicar, me rompió más por dentro. Quería ir y decirle que todo estará bien, que me lo deje a mí, pero una vez más, ellos me lo impidieron, diciendo" es un gran riesgo para ella, será una gran carga de emociones si sales y apareces así de la nada después de tantos meses", no solo fueron palabras, sino también fue la presión de ver a Iker en el suelo en ese estado tan grave, todo fue complicado, así que lo hice todo como una sombra.
Ella no me veía, pero yo sí, estaba detrás de ella despejando su camino, contrate el mejor personal médico para que la ayuden en todo, una mejor seguridad para Iker, deje que ella haga lo que podía, yo solo me moría por dentro viéndola trabajar entre lágrimas.
Sus brazos se van relajando poco a poco, hasta que los quita, pero no baja la guardia, me miran a la cara, pero yo solo me siento en una silla en medio del pasillo. Mis manos se van directas a mi cabeza, todo duele, no hay nada en mí que vaya bien, tengo heridas que si nos las curo se infectarán de la peor manera, todo mi cuerpo está agotado, fueron noche sin dormir, días sin dejar de pensar, mi alma se siente cansada, pero tampoco quiere descasar, porque sé que no podré hacerlo.
Cierro los ojos, pero todo se repite en mi cabeza.
Todo se repite una y otra vez, sin dejar que mi mente quiera explotar. Remuevo mi pelo con frustración. ¿Qué hago? ¿Me quedo aquí con los brazos cruzados, cando mi mejor amigo lucha por su vida y la mujer que amo sufre por nuestra culpa? Eso es lo que debo de hacer?.
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El Rey y su Medicina
RomanceBianca de Santis una de las mejores cirujanas del mundo busca a saber la verdad sobre su familia y su pasado. Adriano Fabbri uno de los asesinos a sangre fría , también llamado y respetado como el "rey ". El es el Boss de la mafia italiana , ningu...