Leo bebe por primera vez || de Cristina Carou

30 1 0
                                    

Trueque con Cristina Carou

...

Idea propuesta: Ruga lleva a Leo a una discoteca (en la Superficie no hay de esto, ni alcohol) y descubre la bebida. A Leo se le va de las manos y Ruga lo lleva a casay lo ayuda a acostarse. Leo se suelta y le dice que le quiere.

Sobre la autora:

Cristina Carou (1989, A Coruña) es licenciada en Periodismo, aunque trabaja como administrativa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cristina Carou (1989, A Coruña) es licenciada en Periodismo, aunque trabaja como administrativa. Las mouras y meigas de los cuentos de su abuela la hicieron enamorarse de las historias. Escribe desde que puede recordar, y porque no sabe vivir sin hacerlo.En 2020 publica su primera novela, Voces de arena y sal, con Ediciones Freya. Y en 2022 Cómo matar a un inmortal con Hela Ediciones. Varios de sus relatos fueron seleccionados en antologías como Iridiscencia, Quasar II, o Colores, entre otras. También autopublicó cuentos como Zombie tale, Aka no Yuki o Luces del Norte.

Twitter: CristinaCarou

...


R E L A T O

Combinado rosa

—¡Venga, va, que nos lo pasaremos genial! —Ruga le dio una palmada a Leo en el hombro y se adelantó unos pasos para girarse sobre sí mismo y caminar hacia atrás con su agilidad habitual.

El otro chico se esforzó por devolverle la sonrisa, pero fue un intento fútil. Ruga frunció el ceño durante un instante. Era obvio que algo había sucedido, y también que no iba a contárselo. Leo estaba muy callado aquella tarde —más incluso de lo habitual— así que, para animarle, le había propuesto que fuesen a una pequeña fiesta que una conocida daba en un local de mala muerte. Como casi todos en el Subterráneo.

Leo había aceptado sin mucho convencimiento, y ni siquiera la incesante diatriba de Ruga sobre lo buena que sería la música había bastado para contagiarle algo de entusiasmo.

El chico se frotó la nuca por encima de la capucha. Igual no había sido la más ingeniosa de sus ideas.

—Oye, si no te apete...

—¡Cuidado! —Antes de que pudiese asimilar lo que ocurría, Leo lo había agarrado por los hombros y prácticamente lo había levantado del suelo para apartarlo de la trayectoria de un hombre que caminaba como si la calle fuese suya. El mismo hombre a quien tenía pensado robarle la cartera que asomaba tentadora del bolsillo, porque su amigo necesitaba un par de copas con desesperación—. Casi te chocas, ¿estás bien?

Ruga pestañeó un par de veces, un poco aturdido. Su primer impulso fue soltar una carcajada, pero la preocupación en ese abismo negro que eran los ojos de su amigo desató una oleada cálida por su pecho, y en su lugar le sonrió. Aquel grandullón taciturno y adorable no tenía remedio.

Relatos #ProyectoPurpleoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora