Relatos #ProyectoPurpleose

Colaboración | Las chicas de Olimpia x Purpleose

Intercambio con Raquel Tirado

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Idea propuesta: la idea de la colaboración era llevar a mis personajes de #ProyectoPurpleose a su propio universo.

Relato basado en el universo Las chicas de Olimpia, novela de Raquel Tirado
publicada con FandomBooks, con los géneros cambiados y protagonizado por Ruga
y Leo, personajes de Cuando vimos la luz de Alba N.F.

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Sobre la autora:

Raquel Tirado Fernández (Barcelona, 1999), ha autopublicado varias novelas como Mío: a veces la ficción es la única forma de contar la verdad (finalista del XII Premio Jordi Sierra i Fabra), o , y también ha trabajado con editoriales para historias como (Selecta) o (Akane Ediciones).

Además, escribe en Wattpad, donde sus historias acumulan más de 100.000 lecturas.

«Quiero narrar historias que entretengan, que hagan reír o emocionen, que traten temas reales con la delicadeza y respeto que merecen, que inciten a la reflexión y en las que se pueda encontrar la diversidad y representación que yo no encontré en mis lecturas de adolescencia».

Twitter: @raqueltiradofdz

Instagram: 

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R E L A T O

¡LLEGA LA GALA 2 DE LOS CHICOS DE OLIMPIO!El pasado 12 de enero, Los chicos de Olimpio llegaron a la academia donde se formarán
durante once semanas. Y nosotros, por suerte, podremos verlo en todo momento en el
canal 24 horas y disfrutar de las galas emitidas en el canal 88.
Olimpio, escritor, modelo, cantante y empresario, ha dejado que este no es un reality show
al uso. Su objetivo, como siempre, es descubrir a nuevas estrellas.
El ganador del concurso se llevará medio millón de euros para el impulso de su carrera y de
los cuales destinará una parte a la asociación benéfica de su elección.
¡La Gala 2, que se emitirá el 26 de enero, promete ser emocionante! Nuestros concursantes
realizarán una prueba de cocina y Leo, el modelo y ojito derecho de Olimpio, se enfrentará
al humorista Mauricio Roca por la expulsión.
¡Recuerda votar por tu favorito en losdeolimpio.ai!

GALA 2

RUGAHostia puta, yo he venido aquí a hacer música. ¿Desde cuándo esto es un reality de
cocina?
La culpa es mía, claro.
Hace unos meses tuve una entrevista privada con Olimpio en la que me preguntó
por qué quería formar parte del concurso.
No me lo pensé un segundo cuando respondí:
—La mía es una familia de artistas: todos cantan, dominan cada instrumento...
Llevo la música en la sangre. Pero ninguno de ellos ha pasado de actuar en orquestas
o de amenizar bodas. Yo quiero ser el primero en triunfar.
Olimpio me dedicó entonces una de esas sonrisas de dientes afilados, entre
encantadora y siniestra.
Preguntó:
—¿Y qué estás dispuesto a hacer para ganar?
—Todo.
Lo tenía clarísimo.
Y aquí estoy ahora, mirando a la cámara, con los focos derritiéndome el maquillaje.
Entiendo que las competiciones de cocina forman parte de ese «todo».
La gala ha empezado hace un rato y después del subidón de adrenalina, en mi
estómago solo quedan nervios. En la prueba de esta semana debemos cocinar una
serie de platos misteriosos junto a un compañero. Todos los concursantes estamos
organizados en mesas de dos, esperando a que anuncien cuál es la prueba.
Yo me concentro en observar a una adolescente que tengo delante, entre los cientos
de cabezas del público. Lleva consigo un cartel que reza RUGA GANADOR desde gala
0.
—¡Ha llegado el momento que estábamos esperando! —exclama Olimpio, haciendo
callar al público—. A lo largo de esta noche realizaremos una serie de pruebas. En la
primera, nuestras parejas cocinarán un plato que les traiga de vuelta a su infancia.
Eso sí, con un pequeño giro: uno de ellos cocinará con los ojos vendados y sin saber
qué plato estará cocinando. El otro, tendrá que guiarle... Un poco como cuando tuve
que hacer de perro lazarillo al buenazo de Gordon Ramsay... ¡Aunque esa es otra
historia!
Mi compañero de prueba, Leo, me dedica una mirada angustiada y yo cruzo los
dedos de las manos y de los pies y rezo a todos los dioses para que sea a él a quien le
toque usar las manos y a mí dar las indicaciones... Él, al fin y al cabo, tiene unas
manos grandes y preciosas.
Leo es uno de los nominados de la noche. Creo que el público no ha encajado con él
en ningún momento. Es muy tímido, tanto que a veces parece un poco creído, cosa
que no me extrañaría, ya que es modelo, pero sospecho que es tímido a secas y
además enrojece a la mínima. No es bueno ser reservado en este tipo de concursos.
Al fin y al cabo, queremos que las cámaras se fijen en nosotros. Para eso debemos
formar parte de todas las movidas todo el tiempo. Mauricio, el otro nominado, ha
pecado precisamente de lo contrario: ha buscado tanto la atención de la gente que ha
parecido desesperado.
¿La verdad? Antes no lo tenía claro pero ahora estoy seguro de que Leo va a
salvarse por una simple razón: cocinar se le da de miedo. Y un hombre que sabe
cocinar (y que además es guapo, fuerte y todas estas cosas) es tremendamente sexy.
Por favor, espero que le toque cocinar a él.
¡Y mis plegarias surgen efecto! Leo cocinará con los ojos vendados y yo tendré que
darle indicaciones para preparar la mejor tarta de manzana del mundo.
—A por todas, ¡Leónidas! —le digo a mi compañero mientras un azafato le venda
los ojos con una tela negra y opaca.