XLVI

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Marizza:

—¿Me odias?— repetí nerviosa, al notar que el seguía sin contestar.

—No lo sé, es difícil pensar en eso ahora— respondió inseguro

—¿Por qué?— elevé una ceja

—Porque yo jamás podría odiar a Cielo, pero durante mucho tiempo odie a Marizza ¿entendes?—

—No— negué con el ceño fruncido

—Que para mi, la persona que conocí en la playa fue la más especial del mundo, mientras que a la chica que apareció en el elite way la deteste durante mucho tiempo... hasta que pude conocerte un poco mejor, no entendía porque una parte mía no podía alejarse de vos, pero ahora lo entiendo, es que vos fuiste Cielo—

—¿Y entonces? ¿qué opinas de mí?—

—Qué estas loca — aseguró —¿Te soy sincero? este último tiempo que estuvimos más cerca me caíste bien... en realidad, pensaba bastante seguido en vos—

—¿Cosas buenas o malas?—

El sonrió nervioso, como si algo hubiera aparecido en su mente. 

—Cosas— respondió —Pero en este momento no se que pensar de vos—

—¿Te parezco una mala persona?—

—Bueno, si lo ponemos así... lastimaste a tus propios amigos, enamoraste y jugaste con Manuel, Tomas y Marcos —comenzó a enumerar con sus dedos —destruiste a mi grupo, le dijiste a Mia que sus mejores amigas se metieron con su novio solo porque sabias que ella iba a dejarme y que mi padre me va a enviar a la milicia... ¿satisfecha? ¿olvide algo?—

—Para, para, a tu grupo lo destruiste vos sólito ¿Quién te envió a estar con las novias de tus mejores amigos?— pregunté indignada

—Yo mismo, pero bueno, esta no era la manera de que se enteren—

—Ay, no me hagas reír, si fuera por vos jamás se enterarían—

—Lo sé... tal vez era necesario, no podíamos seguir viviendo en una mentira— afirmó con tristeza —Pero por otro lado, es la primera vez que me quedo definitivamente solo... y no se como tomarlo—

—¿Sin novia?— elevé una ceja

—Sin nadie, sin un amigo que este siempre a mi lado, a pesar de los miles de errores que cometo— explicó —Es extraño pensar que una vez dije que mientras que yo esté vos jamás estarías sola, que siempre ibas a tener un amigo, pero después rompí esa promesa y ahora el que está solo soy yo—

—Es el karma, en su máximo esplendor—

—Si...— suspiró —No puedo creer que Tomás sabía que vos buscabas venganza, y que jamás me lo dijo—

—Y yo no puedo creer que vos te hayas acostado con su novia—

—Lo se, pero juro que tengo una explicación para eso, yo estaba...—

—No— lo interrumpí —No me interesa, no es a mí a quien tenes que darle explicaciones, sino que a Tomás, Guido y Mia—

—Creo que ninguno querrá escucharme... los perdí, perdí todo— suspiró —Espero que estés contenta, Cielo— sonrió con tristeza 

—Supongo que es el costo de tus acciones, Pablo— me encogí de hombros —En algún momento tenías que pagarlo, vos me humillaste—

—Y vos me arruinaste, estamos a mano—

Nos quedamos en silencio, incomodo y frío silencio. Mirándonos sin vernos, sin saber que decir. Ya no había más de que hablar, todo estaba más que claro. Lo suyo fue por miedo al que dirán, lo mío una venganza. 

The actingWhere stories live. Discover now