ɢᴀʏ (ᴡᴀɴɢxɪᴀɴ)

Capítulo 7

Xue Yang

¿Cuándo había sucedido aquello? Enamorarse de un hombre "prohibido", él no le mintió a Wei WuXian, jamás será una buena persona, quería aprovecharse de que estaba vulnerable y venerar su espíritu.

—Xue Yang... tu corazón está latiendo muy rápido— ja, había sido atrapado.

—Bueno eso sucede si estoy abrazando a alguien muy hermoso— contesto con honestidad disfrazada de coqueteo como era común en él. —Si soy un poco sincero contigo me encantaría recibir el pago ahora seria una estupidez pensarlo.

—¿Qué es lo que deseas? —le pregunto mientras seguía en su pecho.

Por eso le gustaba tanto, aquella inocencia que quería manchar se estaba haciendo presente, a pesar que supo que lo ponía nervioso nunca dudo que tal vez solo quería algo insignificante o material.

—¿Qué tal un beso? —se separó de él. —Muy romántico y de cuentos de hadas. Como aquellos cuentos donde la princesa es rescatado, pero en esta ocasión en vez de ser el príncipe, el villano de la historia lo termino rescatando.

Bueno, ya había molestado mucho a XingChen.

—En fin, mejor iré a comprar el desayuno porque mis invitados tienen que comer —no quería ver la cara de su "invitado", en su retorcida mente era más como un rapto aceptado pero eran solo detalles que arreglar.

Una mano me detuvo de seguir mi camino y fui volteado.

—No juegues por favor —otro detalle que le gustaba de ese hombre era que siempre te hablaba de frente y sin miedo, jamás agachaba la mirada. —¿Te estas burlando de mí?

Aquello lo hizo sonreír.

—¿Me estás viendo reír? Contigo jamás jugaría XingChen —le borro el rastro de lágrimas que dejaron de salir. —Es hora de salir y enfrentar lo que viene.

Y no lo pudo evitar, tomo su rostro y solo planto un beso en su frente.

—Deuda pagada ángel mío —toco con ligereza su nariz y le regalo tal vez la más honesta de sus sonrisas. —Odio lo que me haces, me haces querer ser, ya sabes... bueno.

—¿Eso es malo? —refuto soltando un suspiro.

—Va en contra de mi naturaleza —se encogió de hombros. —Voy por el desayuno. 

Wei WuXian

Aquella rutina que Lan Zhan implementaba con su hijo era magnifica porque podía ver lo mucho que había crecido y lo emocionado que me tenía por aquel tal vez que nos habíamos prometido en la mañana.

—Fue un completo desastre —salí de mi estupor de ver como atendía Lan Zhan a su hijo con las palabras del hermano XiChen. —El tío y Madam Yu peleando, después tu y él discutiendo.