Marcas Imborrables

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-¡Abran Las Puertas!-

-¡Liberen a nuestro señor!-

-¡¿Quienes se creen que son?!-

En las afueras de la ciidad gobernada por Rabier, en los muros alrededor se podía ver el alboroto en la entrada principal, con las luces de las antorchas y el humo subiendo.

Los Semi-humanos, incluso varios aventureros se unieron a ellos para rescatar a Reichnott, los guardias tenían su total atención en ellos creyendo que el héroe del escudo estaría liderando el ataque.

Incluso muchos Semi-humanos se encontraban enfrentándose a los guardias o trepar las paredes con tal de poder entrar en búsqueda de el no le que los cuido por tanto tiempo.

-Repugnantes Semi-humanos...-Rabier observaba todo el alboroto desde su mansión, con un claro tono irritado por lo que ocurría.

Pero su voz, al igual que su expresión cambio cuando la puerta a sus espaldas se abrió dejando ver a Melty que entró a verlo.

-Princesa Melty, ¿Ya han terminado de mostrarle mi mansión?-pregunto Rabier con un tono amigable mirando a la peliazul-se que sus últimos días deben haber sido desafortunados, debe sentirse exhausta ¿No?-

-Antes de eso, ¿Que está ocurriendo afuera?-pregunto la princesa menor con un tono calmado en su voz mirando al hombre rubio con bigote acercarse a ella.

-Nada de lo que deba preocuparse, son solo unos insectos revoltosos, nos encargaremos de ellas pronto-respondio Rabier con ese mismo tono de voz mirando a Melty-pero dígame, ¿Tiene alguna idea de dónde está el demonio del escudo?-

-Como ya le había respondido, le pedí al Héroe del Escudo que se marchara y me dejara atras-respondio Melty lo cual saco un tic en la ceja del hombre-no sé dónde puede estar-

-Si, ya lo había dicho antes, aunque eso me hace preguntarme, ¿Por que el Demonio acudió a esa mansión en específico?-comento Rabier mientras la princesa menor veía como la mirada del hombre se volvía cada vez más amenazante frente a ella-si lo dejo escapar, es claro que usted fue allí con él, entonces, ese chico bonito de Reichnott los guío-

-¡El no tiene nada que ver!-Melty alzó la voz preocupada, pero eso era lo que ese noble buscaba-yo solo...-

-He escuchado algunos rumores, acerca que el Demonio del escudo le lavo el cerebro a la pobre princesa-comento Rabier mientras las puertas de la habitación se abrieron, dejando ver a un herido Reichnott casi al borde del desmayo, sujetado por dos guardias del noble.

Rabier se acercó a Reichnott, sujetando su cabello para acercó levantar la mirada y reacciónar.

-¿Dónde está el Demonio del escudo?-cuestiono Rabier con un tono autoritario, pero Reichnott solo mostró una sonrisa a esa pregunta.

-Yo no conozco a ningún demonio del escudo, solo conozco al héroe del escudo-al escuchar esa respuesta, Rabier golpeó el estómago del herido noble que casi caía al suelo de no ser por los guardias que lo sujetaron.

-Como puede ver, este hombre tiene el cerebro tan lavado que no está dispuesto a hablar, así que quisiera que me comprobará que usted está fuera de el lavado de cerebro y pruebe su inocencia-

Rabier se acercó a la peliazul, y con una sonrisa en su rostro levantó el mentón de la princesa para verla a los ojos.

-Preferiría no tener que usar la violencia con usted, así que por favor dígame dónde está el Demonio del escudo, ya que si se niega a hablar...-Rabier busco entre sus prendas, hasta mostrarle un rosario de la iglesia de los tres héroes a la princesa que se veía claramente asustada a pesar de que intentaba mantener la calma-como siervo de Dios, mi deber es condenar al demonio y sus aliados, así que hable-

El Héroe Portador Del EscudoWhere stories live. Discover now