Capítulo 13: El último grano de arena

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A la edad de veinticinco años, sólo le quedaba menos de un año. En menos de un año, Fang Yuan completaría la misión de su corta vida y moriría.

Nadie sabía lo que ocurriría para entonces, ¿desaparecería inmediatamente? ¿O fallecería abruptamente? ¿O habría algo en el cielo esperándolo?

Fang Dong rezaba una y otra vez para que el tiempo se detuviera, pero Fang Yuan seguía viviendo y trabajando como de costumbre, sin mostrar nunca ningún temor.

Durante este año, Fang Yuan llevó a la pareja Fang a hacer algunas escrituras notariales de donaciones, principalmente para la vivienda. Se lo dijo a Fang Dong en privado; lo hizo para evitar problemas de herencia, ya que no estaban emparentados por sangre o adopción. Pero al mismo tiempo, tenía que prestar atención a la forma y el método, no podía transferir todas las propiedades y bienes directamente de una vez por miedo a causar accidentalmente algún otro problema.

A pesar de que el matrimonio Fang le había proveído todos esos años, seguían siendo reacios a aceptar el regalo. Era demasiado valioso y sentían que se habían aprovechado de él.

Fang Yuan se sentó junto a ellos y tomó la mano de su madre. Luego habló de los viejos tiempos en el orfanato, de cómo le hacía ilusión ir al parque con ellos todos los domingos, de cómo otros estudiantes lo envidiaban tanto... Les dijo:

—No hago esto para devolverles el favor, no lo hago para presumir, no lo hago para darles cara, lo hago porque los amo mucho.

Fang Dong no pudo evitar sonreír amargamente ante esta escena.

Fang Yuan morirá, por una razón insondable. Sin embargo, trató la situación como algo tan mundano y normal. Eso sólo lo hizo sentirse aún peor.

Ahora, incluso si Fang Dong cerraba los ojos, la apariencia de Fang Yuan seguía apareciendo vívidamente en lo profundo de la oscuridad de su conciencia, su sonrisa amable y reservada, su hábito de inclinar ligeramente la cabeza y fruncir el ceño mientras mostraba una cara confusa, como un robot que no podía entender el lenguaje de las emociones humanas.

A veces, Fang Dong sentía que Fang Yuan era muy cruel, o quizá era todo el universo el que era cruel.

Él era sólo un hombre normal llevando una vida normal, y ahora lo ponían delante de esta increíble historia.

Solo faltaban tres días para su veintiséis cumpleaños.

Fang Dong encerró a Fang Yuan en su propia casa y se negó a dejarlo salir. Ignoraba su trabajo, si necesitaban comida la cocinaba él mismo o pedía comida a domicilio. Prohibió los dispositivos electrónicos e insistió en que estuvieran juntos todo el tiempo, incluso en el baño y la ducha.

Fang Yuan se rio divertido, y Fang Dong se enfadó por su risa. Lo hizo porque tenía mucho miedo, ya que quedaban menos de tres días.

Los largos dedos de Fang Yuan recorrieron los libros alineados en la estantería y sacaron una novela popular común. —Ven, te mostraré y dejaré que experimentes por ti mismo un poco sobre el fenómeno del desplazamiento del tiempo y el espacio después del daño. —Pasó a cierta página y le entregó el libro a Fang Dong—. Has leído este libro, ¿verdad? Ahora que he llegado a tres cuartos de la historia, echa un vistazo.

Fang Dong lo tomó y lo hojeó. —No creo haber leído este libro...

—Lo has hecho. No sólo lo has leído, sino que en la universidad también mantuviste un debate en internet por el controvertido contenido de este libro. Escribiste una reseña del libro en tu blog personal, y como resultado, una persona se acercó y te increpó directamente a ti y al autor...

Grieta en la puertaWhere stories live. Discover now