Que la ley nos repare | Tom Hiddleston [LIBRO 2]

7. Lo que pudo ser.

Artículo 7: Nunca bajes la guardia, ni proporciones abrazos a hombres con ojos azules como el cielo que te hicieron tocarlo con los dedos hace algunos años. 

Tom

Estas últimas semanas han sido absolutamente caóticas. El juicio está más cerca de lo previsto y mientras trato de lidiar con el caso y la prensa, estoy seguro de que voy a terminar golpeando a mi almohada.

Jamie Williams se hundió en su propia mierda luego del discurso de Leah. Ciertamente la entrevista de su hijo se suspendió, siendo reemplazada por su cara en todas las noticias, junto con la frase "Ex novio psicópata mata al empresario Michael Dankworth".

Si, debo admitir que sentí un profundo orgullo al escuchar a Leah. Sus palabras llegaron hasta el corazón de todos los presentes; el dolor que le causó ese tipo con años de abusos la llevó a un precipicio, pero que este mismo matara a su esposo, la lanzó; haciendo que su voz fuese un único incentivo para seguir luchando.

Jódete, hijo de perra. Mientras ella te desenmascara, yo me preparo para pudrirte en la cárcel.

— Este dedito compró un huevito, éste dedito lo cocinó, éste lo peló, éste le puso sal y el gordito se lo comió. —la escucho hablarle en español a su hijo. Me quedo parado en la puerta para no arruinar el momento—.

— ¡Mami! —grita Henry cuando Leah le llena la cara de besos—. No soy un bebé.

— Si lo eres.

— No, no lo soy. Tengo nueve años, mami.

Sonrío cuando la veo taparse los ojos, soltando una carcajada tan plena y sincera, que me llega directamente al alma.

— Siempre vas a ser mi bebé.

— ¿Incluso y si me caso y tengo otros bebés? —le susurra el pequeño. Veo como Leah le acomoda las gafas—.

Los dos están recostados en el sillón. Él encima de su madre, abrazándola y llenándola de un amor tan inusual y especial que me aprieta el pecho.

— Incluso así, mi amor. —deja un beso en su frente—.

— ¿Otra mujer me va a amar más que tú?

— Nadie, mi amor. El amor de madre es diferente; así que puedo confirmarte que nadie te va a amar más que yo...

— Y yo nunca voy a amar a otra niña tanto como a ti. —vuelve a abrazarla—.

— ¡Tan pequeño y ya estás mintiendo! ¡Te lo voy a recordar cuando conozca a una de tus novias!

— Iugh. —dice Henry, sacando la lengua—. Mami, hablo en serio.

— ¡Mentirosillo! —Leah comienza a hacerle cosquillas. El pequeño trata de huir de sus brazos, pero no puede. La risa de los dos inunda su oficina—.

Un nudo surge en mi garganta al vislumbrar lo que pudo ser. Pedazos de ¿Qué hubiese pasado si? Vienen a mi cabeza. Desde ella brindándole amor a el hijo que perdimos o los dos entregando nuestro corazón a los que podrían haber llegado.

¿Qué hubiese pasado si no me hubiese acobardado? Me dejé llevar por el rencor, el miedo y el pasado; sin saber que la vida me ponía a la mujer de mi vida justo frente a mí.

Como hecho aislado en las novelas; la protagonista superó al hombre que le prometió la luna y las estrellas, para darle su corazón a alguien que si la merecía.

Bueno, bajo mi propia experiencia puedo decir que no hay mayor castigo para el traidor que observar a la mujer que ama siendo feliz y viviendo una vida con otro hombre.