Capítulo 30:La punta del dolor en el corazón

89 17 0
                                    

Off no había podido salir de la habitación. Le había levantado la voz a Gun y lo había soltado, pero cuando estaba a punto de cruzar la puerta, los lloriqueos de su esposo le destrozaron el corazón.

Quería consolarlo, pedirle que dejara de llorar, que estaban juntos. Acariciarle el cabello y besarlo hasta que las lágrimas dejaran de caer.

¿Cómo podría?, no podía olvidar las razones por las que Gun desaparecía por un tiempo y su olor a alfa que definitivamente venía del bastardo con el que se acababan de encontrar.

Su infidelidad estaba dicha y no estaban bromeando por más que quisiera. Se revolvió el cabello antes de dejarse caer en el sofá de sus sueños cortos. Escuchando el pequeño hipido y los sollozos de Gun. Le mataba, pero no haría más. Él también estaba destrozado, quería llorar con fuerza al amor que habían cortado en dos y del que tal vez debía sepultar.

—Lo siento, Off. No quise que fuera así.

Sonrió sin gracia al omega sentado en la cama.

—¿Qué pretendías entonces?, ¿ocultar tus fechorías de mí?, ¿continuar saliendo con tu amante?

—No, quería terminar con eso, pero él me obligó a ir con él. Iba a regresar, no iba a dejarte.

—¿Quién me asegura que es así? Porque las notas de despedida no dicen lo mismo.

—Las viste...

La respuesta corta que recibió le hizo enojar más, apretó los puños y se levantó de su asiento.

—¡Claro que lo vi!, estaba desesperado por encontrarte, te busqué hasta debajo de las piedras. Fui por tantos pueblos que en el último día perdí la cuenta, lloré y no dormí, no pude comer siquiera, la angustia me estaba matando.

—¡Lo siento, no se suponía que debía ser así!

—¡¿Cómo mierda se supone que debía ser?, ¿ibas a dejar que muriera de miedo?, ¿no tuviste el tiempo suficiente de huir?!

—¡No!, ¡iba a terminar toda relación!, ni siquiera teníamos una relación, todo había muerto mucho antes. Me quedaría contigo, porque te amo.

—No, Gun, no —Off caminó a Gun, molesto y desesperado. Sus ojos finalmente no lo lograron más y el brillo del líquido bajando por ellos comenzó. Tomo con sutileza el rostro mojado de su esposo—. No te atrevas a decir que me amas ahora, no lo dijiste antes que todo estaba bien, no seas insolente y lo digas ahora. Porque no puedo creer nada de ti.

Off soltó a Gun volvió a su sillón, suspiró y volvió a su posición reflexiva de esa mañana. Los hipidos de Gun no pasaban desapercibidos; había matado la confianza que había que le había otorgado.

Quería dormir y despertar sabiendo que había sido un mal sueño, que nada de eso era verdad, que los últimos días no habían existido y que no debía lidiar con las heridas de amor.

—Tenía quince años cuando lo conocí, él tenía veinticinco —la voz de Gun le mostraba que no podía dormir y tener esperanza.

Se sentó correctamente y observó el tembloroso cuerpo de su esposo, hipando, abrazando sus rodillas. Suspiró desanimado y se obligó a escuchar.

—Él visitaba regularmente el orfanato, era un voluntario para enseñar a los niños de cinco años, lo ayudaba a dar la clase, a veces compartimos tiempo leyendo. Después comenzamos a vernos fuera, en el bosque del orfanato del Greom. Comenzamos una relación silenciosa, me decía que no podía decir nada, de otra forma no podríamos salir.

Gun podía recordar con pocos detalles esa época, en su baúl de memoria solo había pocos escenarios borrosos y unos tan claros que se sentían como volver a vivirlos.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora