Capítulo 34: Una oferta de huida

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Gun corría entre los pasillos de la casa. Una de las correas de su bolso caía por su hombro; se había apresurado para empacar todos los elementos necesarios para su salida.

Sería la primera salida de los líderes después de una larga ausencia. Por lo que Lim le había comentado; Off se había dirigido a ella para que le informara que no esperarían más tiempo. Lo cual le pareció extraño, pues jamás fue informado.

—Gun —la voz áspera lo llamó cuando sus pies tocaron el último escalón —, has tardado tanto.

—Lo siento, es solo que no fui informado acerca de esta actividad —comentó tranquilamente.

Sus ojos cayeron sobre la mano derecha de Off. Estaba sosteniendo el bolso rosa de Songi, la cual estaba de pie junto a su esposo, tan cerca que a Off le incomodaba. Lo podía ver en su expresión facial, rígida e irritada.

—Songi, ¿no le informaste?

Songi le miró con sorpresa, fingía tan bien, que si no hubieran tenido roces en los últimos días y jamás se hubieran visto, creería en sus expresiones faciales.

—Le pedí a una omega del servicio que le informará.

El ceño de Off se profundizó, envió una mirada seria y molesta para la omega a su lado. Negó lentamente, no dijo más.

Gun se acercó a Off, del lado contrario al que Songi se encontraba. Le sonrió a su esposo, cuando este le dio una fugaz mirada, la cual fue arruinada por la mano de la omega al rodear la cintura de su esposo.

Songi era tan atrevida e irrespetuosa cuando se trataba de Off, lo cual no podía evitar molestarlo. No era la primera vez desde que se mudó a su hogar, invadiendo el tiempo libre de Off, llegando al punto de ir a su habitación a tocarle la puerta a altas horas de la noche.

No le gustaba decirlo, pero ella era una mujer despechada. Tan molesta por el pasado que no le sonrió y del que nada podía cambiar. No quería a Off, tenía el deseo de todo lo bueno que tenía para ofrecerle; de alimentar su ego pisoteado.

—Songi, no hagas eso —Gun pensó que no podría sentir mayor satisfacción cuando Off retiró la mano de la omega de su cuerpo.

¡Pero vaya que se equivocó! El auge de placer estuvo en el momento en que su esposo entregó el bolso de Songi a Just, quien estaba obligado a acompañarlos para cuidarlos.

—Dame tu bolso —volvió a sonreír.

Intercambiar objetos era parte de sus actividades de salida. Off llevaba el bolso y Gun un suéter que siempre paseaba con ellos.

—¿Por qué es tan pesada?

—Dado que no tuve el tiempo suficiente para elegir bien lo que cargaría —comenta con un ligero toque de molestia, dirigido completamente a la omega que no había parado de verlo fijamente —, he dejado un par de cosas innecesarias.

—Bien, no importa ya.

Gun se acercó al antebrazo de Off, tratando de crear su posición favorita, pero sus esperanzas se rompieron frente a él en el momento en que Off lo rechazó. Su estómago se sintió pesado, mas, no dijo nada, caminó a su lado con tranquilidad.

Su recorrido comenzó desde la entrada de la casa, en la que distintos pobladores transitaban. Una sonrisa grande se dibujó en su rostro, en el momento en que su mano fue tomada por la de Off.

Si bien no era la forma en que adoraba caminar con su marido, tomarle la mano era un gran paso en su relación. Eran esas pequeñas señales que le daban esperanza de continuar.

—Tu mano está fría —Gun susurra con cariño.

—No lo había notado, la tuya está tibia.

Ese momento hizo feliz su corazón. Sus últimos cuatro días habían sido similares. A pesar de que no había recibido una respuesta a la pregunta de una nueva oportunidad, se esperanzaba de que aquello fuera una respuesta silenciosa.

El Omega Del Líder •||OFFGUN||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora