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Estábamos aún sentados. Se escuchaba los horribles chirridos provenientes de la oficina de administración a nuestro lado.
—Siento que llevamos meses en este banco–Dije.
—Llevamos tanto tiempo esperando que Sunny ya se ve más como niña que como bebé.–Aseguró Klaus.
—¿Un estirón?
—Nos ha atormentado la traición y la vileza.–Habló Violet.
—Trabajo infantil y sanguijuelas.–Concordó mi hermano.
—Y ahora, una nueva escuela-Murmuró Jenny.
—Para ser justos, la nueva escuela aun no nos atormenta–Reí.
—¡Hola zampabollos!–Llego una niña vestida de rosa, con el cabello rojo y la cara cubierta de pecas.
Nos levantamos para ser amables, bueno, todos menos Jackson.
—Hola, ahm...–Empezó Jenny.
—¿Amh, oh, oh? ¿Acaso eres una imbécil? Todos saben que soy Carmelita Polainas.
Iba a quejarme por el hecho de llamar a Jenny imbecil, pero Jenny me detuvo.
—Soy Violet Baudelaire, mis hermanos, Klaus y Sunny, y nuestros mejores amigos, Jenny, Maddie y Jack.
—¿Qué significa zampabollos?–Preguntó Klaus.
—Que son unos tontos zampabollos y yo soy la chica más especial de toda la escuela.
—Difiero...–Susurró Klaus y me volteó a ver, aunque me puse tan nerviosa que no le devolví la mirada.
—Ahora debo de darles un recorrido–Dijo sin escuchar a Klaus–esta es la oficina del vicedirector Nerón. Es un genio, soy su favorita. No tengo que usar uniforme porque soy tan adorable. Vengan.
Sus zapatos de tacón hacían ruido con cada paso, Sunny alzó sus brazos hacia mi y yo la cargue, siguiendo a la tal Polainas.
Violet tuvo que luchar contra las quejas de Jackson para que fueras detrás de rosita fresita.
—¡Vamos zampabollos!
La seguíamos.
—No creo que sea un cumplido–Dijo Jenny.
—No–Hablamos Klaus y yo al mismo tiempo.
Después de un rato recorriendo la escuela, estábamos por volver a la oficina.
—Todos nos miran...
—Quizá porque somos nuevos, Klaus...–Murmure.
—Es porque sus casas fueron destruidas en un incendio–Dijo sin vergüenza.
