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Levantamos una puerta en el suelo Klaus y yo y vimos por el pequeño hueco, ahí estaba Olaf, por lo que cerramos de inmediato.
—Está ahí–Anuncie. Después vi a Jackson–Feliz cumpleaños hermano.
—Gracias, ¿pero como estas segura de que es Olaf?–Me miró.
—Tenía el tatuaje, ¿quien más podría ser?–Pregunte.
Esperamos un rato y después salimos del pasadizo. Estábamos en lo que parecía ser una casa completamente quemada.
Los Baudelaire veían todo con tristeza.
—¿Qué?–Pregunto Klaus confuso.
—¿Cómo?–Lo siguió Violet.
—¿Qué pasa?–Cuestiono Jenny.
—Es nuestra casa–Declaró Violet.
—¿Por qué habría un túnel secreto desde el seis, seis, siete de la avenida Oscura... hasta nuestra casa?–Un cuervo se escuchaba a la distancia.
—¿Qué significa?
Empezamos a caminar al rededor, no quedaba nada, solo partes de la estructura general de la casa.
—Nuestros padres no sabían esto–Aseguró el de lentes.
—¿Cómo lo sabes?–Cuestiono mi hermano.
Sunny señaló un reloj.
—El reloj corre.
—Sunny tiene razón, ya hay que irnos, la subasta empezó–Empezamos a caminar hacia allá. Abrace a Jackson por un lado y Jenny por el otro, ambas sabíamos que era importante su cumpleaños para el, al menos antes de que todo esto ocurriera.
Salimos de ahí y casi nos atropellaron un par de autos.
[...]
Habíamos llegado a la subasta, y habíamos logrado entrar como los invitados de el señor Poe y el señor Casewell, quienes fueron los que casi nos atropellaban antes.
—El siguiente artículo es el lote cuarenta y ocho. Un jarrón adornado con flores–Anunció Olaf disfrazado. El lugar se veía muy estilizado, igual que las personas en el.–Muy frágil, muy de moda–El conde nos notó, iba a acercarse, pero uno de los compradores empezó a hacer ofertas. Le lanzo el jarrón y todos se sorprendieron, por suerte si lo atrapó–Procedemos con normalidad, por favor, pujaremos por el lote cuarenta y nueve.
