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La habían convencido y ahora estaba con nosotros en el barco de regreso. Yo aún tenía a Sunny y ambas jugábamos un juego de manos que me había enseñado Luke, uno de mis hermanos.
La tía Josephine se venía lamentando.
—Desearía que dejaras de decir eso, el huracán Herman ya terminó, el bote funciona y llegaremos al muelle Damocles por la mañana.–Anunció Violet.
—Estamos tan seguros como se puede estar...–Suspiró Jenny.
—Oh tal vez...–Klaus buscó entre algunas cosas–tal vez podrías recordar la época, en la que eras más feroz–Se acercó a ella y le dio la foto que encontró en la casa–y formidable.
—Oh... ¿dónde encontraron esto?
—Klaus la encontró en su biblioteca–Dije.
—Hace años que no veía esta fotografía. El aserradero de la suerte. Oh, no está lejos de aquí. Oh... miren a Ike, miren que guapo se ve con ese sombrero. Oh, y miren a Holly...
—Y a nuestros padres...
—Y a los nuestros–Dije.
—Si...–Ella me miró a los ojos.–Tu madre... Todos eran valientes y nobles. Como los extraño...
—También los extrañamos–Susurró Jackson.
—Nosotros... tenemos preguntas sobre ellos. Nunca nos hablaron de ti, nunca nos hablaron del tío Monty. Siento que no nos contaron muchas cosas...
—Oh Klaus... sus padres, tanto para los Baudelaire como para los Roberts, eligieron criarlos en un mundo tranquilo, lejos de las ardientes injusticias que nos amenazaban a todos. Trataban de mantenerlos seguros.
—No funcionó–Aseguré.
—No. No funcionó... poco después de que tomarán esta foto, sus padres y yo tuvimos que tomar una decisión extremadamente aterradora. Recuerdo muy bien ese día, la madre Baudelaire acababa de vencer a uno de nuestros enemigos, cuando se volteó hacia mi y dijo... Oh.
—¿Qué?
—Oh, oh... ahora si lo digo en serio
—¿Qué pasa?–Preguntó Jackson.
—Estamos entrando al territorio de las sanguijuela del lago lacrimógeno. Hay, mi pobre Ike. Siempre le gustaron los tamales de carne deshebrada, y estos sellaron su destino.
—Seguro estaremos bien. Dijiste que las sanguijuelas son inofensivas.
—Si Violet, a menos... que hayas comido hace poco.
—No hemos comido nada desde el payaso ansioso. Eso fue en el brunch, y ya está amaneciendo–Explicó Klaus.
—¿Comiste algo hace poco, tía Josephine?–Le preguntó Jenny.
