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Habíamos logrado que Esme nos enseñará el departamento, solo tuvimos que decir que no creíamos que fuera tan grande.
Nos enseñaron toda la casa, en cada lugar el conde amenazaba con lastimarnos con las cosas que se encontraban ahí.
Parecía que todas las habitaciones eran iguales o parecidas, como si solo se preocuparan por llenar los espacios sin preoparse por nada más.
Solo estábamos haciendo tiempo para que nuestros hermanos pudieran encontrar a nuestros amigos.
Poco después nos encontramos con nuestros hermanos, quienes se unieron a nuestro recorrido.
—¿Qué tal el recorrido?–Le preguntó Klaus a su hermana.
—Exhaustivo.
—¿Y?–Pregunté. Negaron–Estamos donde empezamos.
—No seas tonta empezamos en el comedor–Esme me dijo cuando llegamos a la sala.–Hablando de comer, tengo tanta hambre que podría comerme tu brazo–Enarque una ceja–El restaurante más famoso de la ciudad está a sólo media cuadra de aquí, tomaremos la limusina tamaño cuadra para llegar, piensen en la publicidad, podría salir nuestra foto en el periódico.
—Ah si, tomemos una ahora, por favor–Pidió con su asento fingido.
—¡Si!
—Cariño, no estoy muy seguro que los niños quieran...
—Jerome, cámara, niños, vamos.
—Oh no bella dama, en fotos solo... ¿como se dice?
—No, no. Los huérfanos en las fotos generan emoción extra, como las celebridades o perros de trineo. Vengan.
Fuimos hacia ellos no muy convencidos.
Jerome trajo arrastrando una enorme cámara.
—Eso es, que salgan las rayas Jerome–Pidió ella mientras nos acomodaba, me tocó al lado de ella, Klaus a mi derecha con Sunny en los brazos, Violet, Jenny y Jackson junto a el conde.
Jerome se puso debajo de la manta y Esme y el conde se movieron frente nuestro, apenas y nos veíamos.
—Digan Cheese–Dijo Jerome.
—¡Gorgonzola!–Gritaron ambos adultos al unísono. Tomó la foto.
