WITH ME || Manjiro Sano

capítulo 12

— ¡EY, USTEDES DOS!

Shinishiro llegó y sujetó a Izana de los brazos. Al fin pude sujetar a Manjiro desde la espalda sin que Izana se aprovechara de eso.

— Manjiro por favor, es el cumpleaños de Shinishiro — trató de calmarlo, él se mantiene quieto mientras trata de recuperar la respiración.

— ¡Ustedes dos! ¿Que creen que hacen? — Shinishiro mira con seriedad a sus dos hermanos, ellos solo se quedaron en silencio.

— Shini-... — Izana trató de hablar pero él mayor estaba muy molesto.

— Vamos adentro, hay que curar esos golpes.

Shinishiro se llevó a Izana y miró de reojo a Manjiro haciendo un gesto con la cabeza para que lo siguiera.

— Ume, tú también vienes con nosotros — finaliza el pelinegro antes de ingresar a la casa.

Shinishiro me pidió que cure a uno mientras él se encargaba del otro, así que terminé limpiando las heridas leves de Manjiro.

— No entiendo ese afán de provocarse el uno al otro — comenta Shinishiro limpiando el rostro del peliblanco —y aún peor, llegar a los golpes.

— Fué ese idiota quien me atacó primero — Izana señala al rubio.

— ¿Y porque no le dices a Shinishiro que estabas haciendo? — Manjiro aún lo seguía mirando mal mientras yo trataba de mantenerlo quieto para limpiar su rostro con algodón.

Oh no.

Shinishiro notó que me puse nerviosa así que le pregunta al peliblanco

— ¿Que sucedió exactamente Izana?

— Nada malo.

— ¿Nada malo? ¡Ese bastardo intentó besar a Ume a la fuerza!

El pelinegro abrió los ojos sorprendido y volteó a verme.

— ¿Eso es cierto Ume?

No, a mí no me preguntes nada que estoy bajo amenaza. Justo ahora los ojos violeta me estaba mirando fijamente

— Lo siento, no sé que decir...

— ¡Ume! — Manjiro se sorprendió, él no estaba mintiendo— ¿Te está amenazando o algo?

El Sano mayor observa de mala manera a Izana y este desvía la mirada.

— Manjiro no mentiría con algo así — concluyó Shinishiro — Izana, tu y yo tenemos que hablar en privado.

— ¡¿Que?! Pero...

El pelinegro se llevó a Izana a otra habitación mientras nosotros nos quedamos en la sala.

Me mantuve en silencio mientras seguía limpiando parte de su mejilla, lo bueno es que no tendría moretones.

— Yo quería invitarte a la fiesta de mi hermano pero tenias el teléfono apagado —
empezó a decir sin dejar de mirar al frente — Pensé que tal vez estabas durmiendo, últimamente te veía muy cansada.

—...

— Izana mencionó una fiesta... y que tú lo seguiste.

Si, estaba escuchando todo.

— Eso... es cierto.

— ¿Eso es lo que te tenía tan casada últimamente? ¿Durante las noche sales con Izana de fiesta?

— No, claro que no.

— ¿Entonces porque lo estabas siguiendo?

— No lo sé, no lo recuerdo...