capitulo 55

842 118 32
                                    


El rostro de Manjiro palideció y se inundó de pánico mientras intentaba mantener la calma a duras penas.

— Te llevaré al hospital — fué lo único que pudo decir por la sorpresa.

— No, falta mucho para la fecha prevista — respondí respirando profundamente — aún no.

— Ume por favor, ya rompiste fuente, vamos ahora — insistió.

— Faltan tres semanas, mi cuerpo solo está jugando conmigo — dije tratando de convencerme a mi misma más que a Manjiro.

Pero la intensidad de los dolores continuaba aumentando. Cerré los ojos, respirando profundamente para manejar la situación.

El dolor es soportable, tranquilos todos.

— Bien, no puedo hacer nada para evitarlo — suspiré mirando a Manjiro — Vamos al hospital.

Eso fué suficiente para que Manjiro actuara tal y como había practicado durante meses. El problema fue que no había nada de lo que habíamos preparado para el bebé, la ropa, los pañales, no había nada, todo se quedó en Tokio.

Tomamos el primer taxi que vimos y Manjiro me ayudó a sentarme.

— Bien, respira profundamente como practicamos.

— Si... — respondí acariciando mi barriga — ¿A cuántos minutos está el hospital más cercano?

— veinte minutos.

— Bien, no está tan lejos — Manjiro acarició mi espalda baja cuando solté un quejido— Llama a papá ¡Ugh! Esto es doloroso jaja.

Es doloroso pero me siento más emocionada, ya quiero que nasca y poder conocer su rostro.

Manjiro asintió buscando su teléfono con rapidez.

Noté que sus dedos estaban temblando ligeramente mientras marcaba así que tomé su mano dándole un apretón.

— Tranquilo, todo va a salir bien — Murmuré sonriendo ligeramente.

— Me pone nervioso pensar que estamos en otra cuidad, sin nada de ropa para el bebé, sin nuestros familiares y sobretodo... No sé hablar ruso ¿Que voy a decir en el hospital?

Me reí ligeramente cuando empezó a balbucear con preocupación.

— La que está dando a luz soy yo pero parece que tú estás más nervioso.

— No entiendo cómo puedes no estar preocupada — expresó con la mirada ansiosa.

— Porque sé que estás conmigo. Y además, los dolores son soportables, dudo que no pueda con esto ¿verdad? — respondí con una sonrisa, intentando calmar sus nervios.

El taxi avanzaba por las calles iluminadas de la ciudad, y a medida que nos acercábamos al hospital, los dolores se intensificaban. Cerré los ojos, enfocándome en la respiración, recordando las clases de preparación para el parto.

Finalmente, llegamos al hospital.

Manjiro ayudó a bajarme del taxi y me cargó en brazos hasta la entrada. Tomé una bocanada de aire cuando sentí un pinchazo en la zona baja.

Todo bien por el momento.

— Tranquila Ume, ya llegamos.

— Estoy tranquila.

— Solo espera un poco, yo te ayudaré.

— Puedo esperar, no tengo problema.

— No te alteres, estoy aquí.

WITH ME || Manjiro SanoWhere stories live. Discover now