VI

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22/Abril/21

Que necesario es un diario.

Hoy tuve la misma pesadilla de siempre esa que atormenta mi mente, soñe que estaba en la casa antigua de la familia de mi papá, esa que desde muy pequeña conocía de memoria, en el sueño camine por cada rincón de la casa todo era igual a como lo recordaba pero está vez estaba vacía y el silencio reinaba, mi mente me pedía estar precavida que no me confiara algo muy dentro de mí me decía que pronto vendría el peligro.

Transcurrieron unos minutos donde no hubo cambio pero de la nada sentí a una persona acercandose detrás de mí, el corazón latía a un ritmo acelerado, tenía miedo, y por instinto comencé a correr hasta las escaleras del segundo piso.

Todo mi cuerpo me decía que era mi papá siguiendome, aunque mi mente quería voltear y corroborarlo no lo hice, solo corrí sin cesar hasta llegar al tercer piso.

Escuche unos pasos como de pisadas largas y concisas sospechaba que era un hombre. Llegué a los barrotes donde terminaba la casa ya no había donde correr o esconderse. Solo quedaba un pasillo angosto lleno de barrotes que reflejaban el primer piso de la casa.

Mi corazón latía cada vez más rápido conforme la persona se estaba acercando a donde me encontraba, todo mi cuerpo pedía que saltará esos barrotes y aunque tenía mucho miedo y temor de que pasaría no se reflejaba al que tenía si la persona me atrapaba, agarre impulso y salte sin pensarlo dos veces.

En ese momento me levantaba de la cama toda agitada y sudada. Mi ritmo estaba muy acelerado no sabía reconocer si aún estaba en la pesadilla o en la vida real.

Ese sueño me ha atormentado por varias ocasiones, siempre es el mismo sueño nunca cambia.

A veces tengo miedo de cerrar los ojos y no poder despertar.
A veces tengo miedo de quedar en esa pesadilla por siempre.
A veces tengo miedo de observar mi caminar.
A veces tengo miedo de enfrentar y lastimar.
A veces tengo miedo de perdonar y olvidar.
A veces tengo miedo de saltar y regresar.
A veces tengo miedo de gritar y procesar.
A veces tengo miedo de odiar y guardar.
A veces tengo miedo de mirar y temblar.
A veces tengo miedo de soltar y
sanar.


Escribiré cada vez que de nuevo pase.


Predestinada a sufrir. Where stories live. Discover now