XXII

18 9 0
                                    

24/Mayo/21

Que necesario es un diario.

Hoy precisamente hoy me pasan estas cosas en ningún momento me llegue a imaginar que había un soplón que le avisaría a la chava insegura.

Con cada segundo que pasaba tenía miedo, miedo de meterme en problemas por hacer una buena causa, acción.

Sabía que ella me había amenazado pero la verdad no estaba haciendo nada malo además la maestra literalmente me obligó a explicarle a su novio que por cierto iba en mi salón y se había sentado a mi lado.

Aunque si note miradas sobre mí no me dispuse a voltear.

Me urge graduarme, pero a veces recuerdo que tengo que disfrutar y no solo mirar y esquivar.

Quisiera hablar
Quisiera olvidar
Quisiera voltear
Quisiera superar
Quisiera aguantar
Quisiera perdonar.

Salí y ahí estaba mi pesadilla, la peor persona, la hipócrita, la chismosa, la insegura.

Se me acercó toda furiosa y me provino una cachetada en la cara. -¿Cómo te explicó que no te quiero cerca de mi novio?-Remarcó la maldita palabra novio.

La verdad nunca me espere un golpe, aunque puedo decir que mi pesadilla donde nos peleábamos a palabras me había preparado para este momento.

Ya la vez que hablamos sobre la fiesta la escuche y por más que quise decirle mil cosas me calle porque me avergonce. Pero está vez no.

Es malo guardarse las cosas. -Piensa lo que quieras maldita insegura. -Me solté de su agarre.

-Te advertí que no te acercaras a mi novio...

La interrumpi y dije-Tú no eres quien para prohibirme hacer o decir algo.

-De la nada ya no estábamos solas toda la escuela hizo una bolita a nuestro alrededor abucheando. -No vuelvas a esparcir rumores sobre mí porque te vas a arrepentir. -Mencione el chisme sexual y en la relación que según me había metido.

-Solo dije la verdad. Ya era hora que todos te conocieran. -Reí falsamente.

-Tú no te quedas atrás, una maldita persona tan insegura asfixia, pobre necesita ayuda la tóxica. Me das lastima. -La escanee de arriba a abajo.

-A mí me repugnas. -Mi único error fue abrirme y contarle algo muy personable.

-Me vuelves a cachetear y te juro que vas a sufrir.

Desde hace mucho quería golpearla a palabras.

Que bien se siente ser fuerte
Que bien se siente ser presente
Que bien se siente ser diferente
Que bien se siente ser suficiente
Que bien se siente estar de frente.






Escribiré cada vez que de nuevo pase.




Predestinada a sufrir. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora