XXVIIII

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20/Agosto/21

Que necesario es un diario.

Estos días me he sumergido en el pasado ese que tanto me ha esperado y de nuevo me ha atrapado en un sueño terminado.

Estas pesadillas han sido vividas y por lo tanto llevan transcurridas en memorias retenidas.

No sé si algún día sane por completo pero de momento hago el intento.

Antes sonreía en las fotos falsamente y ahora con cada día sinceramente reía.

Espero que con el tiempo cada recuerdo se haga polvo y se lo lleve el viento.

Las pesadillas son circunstancias tan ocultas llamadas memorias de batallas por personas.

El miedo de un destino incierto es tan llevadero y pasajero.

Un trauma de la infancia que sacudía a una niña que con su vida la dejó consumida y aturdida cada que corría o se escondía sólo sentía lo mucho que por dentro moría.

Ella misma se lastimaba y con cada marca lloraba porque tanto le recordaba que nunca se amaba y sólo su cuerpo dañaba.

Esta historia casi terminaba y aunque predestinada a sufrir continuaba sólo necesitaba lo que tanto esperaba, una humana soñada y de nuevo sanada.

Dañar y alejar
Llorar y soltar
Odiar y culpar
Mirar y temblar
Espinar y sangrar
Reparar y encajar
Perdonar y olvidar
Soportar y enfrentar.











Escribiré cada vez que de nuevo pase.







Predestinada a sufrir. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora