One Shots | Pilotos de la fórmula 1 [gay version]

9. Unconditionally | Lestappen

Unconditionally | Lestappen

La noche había caído y el cielo se encontraba salpicado de pequeñas luces brillantes que se movían de manera constante, creando un espectáculo de luz y color digno de admirar. Las estrellas tintineaban en el oscuro firmamento como si fueran pequeñas manchas de pintura sobre un lienzo oscuro. En el centro de todo aquello, la luna se alzaba majestuosa, emitiendo una luz blanquecina y tenue que iluminaba todo lo que estaba a su alcance.

Max se apoyaba en la baranda del balcón, absorto en sus pensamientos mientras la brisa nocturna le acariciaba la cara. El aroma salado del mar se mezclaba con el de la arena, inundando sus sentidos y transportándolo a otra dimensión. El mar Mediterráneo se extendía ante sus ojos, con sus aguas oscuras y profundas, como un misterio por descubrir. Las altas palmeras se mecían suavemente con el viento, y los coches pasaban a toda velocidad por las calles iluminadas de la ciudad, como luciérnagas fugaces en la noche. Max seguía sumido en su mundo interior, intentando dar forma a sus ideas.

Tras un largo período de incesante búsqueda, finalmente podía afirmar con rotunda seguridad que había encontrado la tan anhelada paz interior. El vacío que había sentido por tanto tiempo, ahora se había colmado, y la sensación de plenitud invadía cada fibra de su ser. Ahora sí tenía todo lo necesario para experimentar la felicidad plena y alejar así el amargo pesar que lo había acompañado por tanto tiempo.

Max había dedicado años de su vida a comprender el origen de su vacío interior, y finalmente había llegado a una conclusión reveladora: su negación hacia el amor no era un simple capricho, sino una respuesta a las experiencias que había presenciado en otros. Observar cómo el amor desencadenaba tristezas y desilusiones en aquellos que lo experimentaban, lo había convencido de que era mejor mantenerse a salvo y evitarlo a toda costa.

"El amor es una luz que nunca se apaga" recordó una parte de uno de los tantos poemas románticos que su abuela le recitaba cuando el era apenas un pequeño, mientras se acurrucaba junto a ella cerca de la chimenea a ver la nieve caer por la ventana y beber chocolate caliente.

Pero con el paso del tiempo, cuando la ausencia de su abuela era la que lo acompañaba en vez de ella, fue ahí cuando cambió de opinión.

"¿Que clase de tontería era aquella frase?" Era una vil mentira, así como todos los libros de fantasioso amor. Aún así, no culpaba a su abuela, el sabía perfectamente que ella había vivido en otra época, una en donde era mucho más sencillo enamorarse, en donde las relaciones eran más duraderas, en cambio en el mundo moderno todo era completamente diferente pues todo parecía ser temporal y efímero. El tenía ante sus ojos un claro ejemplo de que aquella frase era equívoca; sus padres.

Desde joven, Max había visto en sus padres un ejemplo de que el amor no era más que una ilusión, una promesa vacía de felicidad. A pesar de haberse amado en su juventud, su madre había sacrificado sus sueños por formar una familia con su padre. Sin embargo, la relación se había deteriorado con el tiempo, hasta convertirse en una pesadilla interminable de gritos y reproches. Max y su hermana se sentían culpables por haber robado todo rastro de amor de la pareja, y cada noche escuchaban los mismos reclamos y peleas que los dejaban sin aliento. Para Max, aquello se había vuelto una verdadera guerra civil, una batalla sin fin que lo hacía sentir en medio del caos y la desesperación. La amargura que envolvía a la familia de Max era tan densa que parecía casi tangible, como si fuera una enfermedad contagiosa que se esparcía entre sus miembros. Era difícil escapar de ese ambiente tóxico, y cualquier intento por rescatar la relación de sus padres parecía en vano. Las peleas y los gritos se habían convertido en la banda sonora de su vida, y Max sentía que se hundía cada vez más en esa oscuridad. Había momentos en los que se preguntaba si estaba destinado a repetir los mismos errores de sus padres.