◢ O6 ◣

257 25 0
                                    

Namjoon vuelve a besarme, esta vez con cierta vehemencia. Se apodera de mi boca y por un instante se separa para observarme. Pasa sus dedos por mis labios entreabiertos y los lleva hacia mi barbilla, ahí la jala para que se me abra la boca. Él abre la suya y expone su lengua para así dejar correr un hilo de saliba cristalino que me hace dar un leve respingo. No imaginaba que en algún punto fuera a ser tan atrevido.

Permito que su saliba se deslice hacia mi boca y aterrice en mi lengua. Está algo fría, se siente como un sorbo de agua necesario en medio de un ardiente desierto. Me la trago y vuelvo a exponer mis fauces esperando por más. El siguiente movimiento ya no es tan tímido, me escupe directo en la boca y él mismo me la cierra para volver a besarme. Si me hubieran dicho que conocería estas facetas suyas en mi propia sala jamás me lo habría creído.

Y especialmente por eso me me lo gozo demasiado. Es una grata sorpresa.

Sus labios se trasladan a mi cuello y me chupan la piel de allí, causándome cierto dolor pequeño que me avisa que podría dejarme alguna marca. Continúa bajando y hace lo mismo con mi pecho, donde se pone creativo y exhibe mis senos de un jalón fuerte que casi me rasga la blusa y me hace verlo con ojos pasmados. ¿Es que acaso me he vuelto tan deseable? Que yo sepa la salvaje y con falta de cordura aquí soy yo.

—Si esto no es lo que te gusta, entonces déjame salir por esa puerta —me dice, antes de tomar mi seno izquierdo entre su boca para comenzar a divertirse con mi pezón.

—Tan solo me sorprende que hagas esto con tu sotana aún puesta, quiero que te la quites —le aviso, esperando que se acobarde y no lo haga, ya que encuentro entretenido que me lleve la contraria muchas veces.

Se detiene y me dedica una mirada seria. Acto seguido, se la quita de encima para echarla al suelo como si se la hubiese arrancado un rápido tornado. Vuelve a mí tan pronto como puede.

—Ahora debemos quitarte una prenda a ti —me dice.

Muerdo mi labio creyendo que vivo una fantasía. No es posible que Namjoon me esté comiendo del modo en el que me moría por que lo hiciera.

—No estarás jugando conmigo, ¿verdad? No es que me desvestirás y te irás para darme una de tus lecciones —cuestiono cuando la idea se implanta en mi cabeza.

Él no suele ser así de colaborador.

—Así cómo tú, también tengo mis propios deseos, y por mucho que me hagas atentar contra lo sagrado, en la casa de Dios no me gusta hacerlo.

Pestañeo un par de veces mientras lo oigo hablar. Si esa es la razón, entonces no lo quiero oír más. Mejor que me tome como Adán a la manzana y me meta varios mordiscos. Lo acerco a mí, ignorando cualquier respuesta que le pueda dar, y lo clavo de nuevo en mis senos, juntándolos para arrinconar su cara con ellos.

Satisfecha y emocionada, me reincorporo y hago que se siente.

Poco después, me coloco sobre él desesperada por que se clave en mí. Desabrocho su pantalón y le bajo el cierre rápidamente, liberando de su eterno encierro ese suculento pene suyo que tanto adoro devorar. Está durísimo. Clama por mí mientras le doy su debida atención. Lo masajeo un poco antes de ponerlo a actuar, y cuando lo considero listo, ubico la húmeda punta en mi entrada para bajar por él suavemente.

Me lo intento meter todo. Pero al inicio parece muy grande para mi vagina. Así que solamente ha de llegar por la mitad, e incluso de esa manera, se siente muuuy bien. Maldición, él siempre se va a sentir bien. Me apoyo en sus hombros y cierro los ojos echando la cabeza para atrás. Fascinada, empiezo a subir y a bajar por su dureza con lentitud. Después, regreso mi vista a él totalmente seria. En este momento solo somos él y yo, sin nadie que nos interrumpa o intente amenazarnos.

UNHOLY • K.NJ +18Where stories live. Discover now