De nuevo, un nuevo comienzo

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No había palabras suficientes para describir como te sentías en esos momentos, aquel día había sido toda una montaña rusa de emociones. Hasta hace unos momentos empezabas a pensar con claridad lo que había ocurrido: primero que nada, el hogar de sus amigos había sido emboscado y en gran parte destrozado, después pasó lo del secuestro, la "muerte" de raph, la verdadera muerte de Jacob, la persecución en la nieve, el casi caer por un acantilado, el CAER de un gran edificio...vaya, quien diría que sobrevivirías a todo eso

Te viste en el espejo, viendo tu cuerpo, había uno que otro golpe, en tus brazos habían unas casi invisibles marcas moradas, estas rodeaban tu brazo simulando unas manos, eran las marcas de los soldados del pie que te habían sujetado para escoltarte a la camioneta.

En tus manos había sangre seca que le pertenecía a Jacob, al instante a tu mente vino el recuerdo de sus rostro lleno de lágrimas usando su último aliento para pedirte disculpas y decir lo arrepentido que estaba; el sonido del disparo y la sensación de la cálida sangre sobre tu cuerpo y el ver como la vida de un hombre que amaste se desvanecía, te hacía sentir un agudo sentimiento de culpa en tu pecho. Tu garganta se achicaba con solo recordar aquello, tu labio temblaba al igual que tus ojos se humedecían por la tristeza que inundaba tus pensamientos.

No tenías ni idea de lo que sucedería después, era más que obvio que investigarían a Sacks, tarde o temprano descubrirían la muerte del británico, lo cual ciertamente te asustada, pues sabías que de cierta forma iban a relacionarte con todo aquello.

Jacob había sido alguien muy especial para ti, a pesar de sus malas decisiones y el daño que te había causado, tú desgraciadamente no podías odiarlo, en algún momento le guardaste rencor, pero fuera de eso, lo único que sentías era decepción y culpa, quizás era una mezcla de emociones que era bastante acertada a tu sentir.

Y pensar que tus problemas con Jacob iniciaron justo después de conocer a los mutantes, era irónico, pues en ese tiempo tu creías que tu vida había cobrado más sentido al tenerlos a tu lado; mientras con ellos tú te divertías y creabas recuerdos, las cosas en el hospital se salían de control.

Entre esa y muchas más, estaba Ester, quien había estado contigo siempre para ti aún sin que tú se lo pidieras, ella era una gran amiga, ella es tu familia, ambas se sabían secretos de la otra.

Bueno..tú sabías sus secretos, ella no sabía muchos de los tuyos.

— ¿como pude ocultarle algo así? — dijiste para ti misma, tu voz resonó entre las blancas paredes del baño de tu habitación, de nuevo te viste al espejo con desdén, habías sido una mala amiga al haber alejado a Ester de ti.

Ahora lo entendías, ahora era que te dabas cuenta de tu error, quizás ya era demasiado tarde como para remediarlo, quizás ella ya se había ido a su casa para de nuevo no volver a verte en mucho tiempo; vaya vida la tuya.

Sin más preámbulos entraste a la ducha abriendo la llave del agua caliente, al menos eso te ayudaría a relajarte un poco.

Mientras tanto, en otra habitación del departamento, se encontraban las tortugas charlando con su padre sobre como habían sobrellevado toda aquella situación, en especial lo que había ocurrido en la mansión de Erik Sacks, claro que eso hizo enojar a Splinter. Cualquier padre se enojaria al enterarse que sus hijos estuvieron al borde de la muerte en más de una ocasión, aunque lo importante es que ellos estaban bien, o bueno eso decian ellos.

— ya te dijimos que no hace falta que nos revise — decía Leonardo mientras veía a su padre— seguro ella se sentirá incómoda

— Ester no se sentirá incómoda — respondió el mayor mientras volteaba hacia la humana— por favor Ester, ¿Podrías ver si mis hijos se encuentran bien?

soy doctora...NO VETERINARIA!Where stories live. Discover now