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- Quiero estar contigo por siempre - Fue lo primero que soltó Minji, luego de tantos minutos en silencio

Se encontraban abrazadas, mientras se miraban a los ojos y Minji le acariciaba el cabello a la menor.

Pero negó con la cabeza cuando vió la cara ilusionada de Hanni.

- La pasé muy mal mi penúltimo año de secundaria - Dijo sonriendo falsamente - Me acuerdo que surgió por un tal Kai - Se burló - En ese momento tenía diecisiete y mitad de escuela sabía que salía con alguien de doce, realmente me hicieron la vida imposible -

Hanni la miró triste y le dió unos cuantos picos para luego separarse y sonreirle.

- Eso ya pasó unnie - Trató de animarla

- Por eso comencé a salir con Kang Haerin, no podía dejar que ellos siguieran molestándome por estar contigo y mis padres con Jae no podían enterarse -

Flashback

Hace 1 año.

Minji iba entrando al colegio, nueva semana y estaba más emocionada que nunca, todo eso debido a que el día de ayer había compartido todo su día junto con Hanni.

La menor siempre le daba las energías necesarias, ella lo llamaba estar recargada.

Hasta que vió cómo unas dos chicas reían mirando a su dirección, frunció el ceño.

Lo ignoró y entró a su salón de clase, se sentó en su pupitre y preparó sus cosas para iniciar la clase, aún no llegaba el profesor.

- ¿Qué tal la de doce, Kim Minji? - Preguntó el molestoso de curso, que iba acompañado de tres chicos más

Unos completos fracasados, así los llamaba Minji.

Uno empujó la carpeta de Minji, haciendo que sus útiles caigan al suelo.

Otro pateó unos útiles en el suelo y llegaron hasta ella.

- Por dios, no te da vergüenza, siempre supe que eras una maldita rara, pero ahora lo eres más -

Minji los ignoró y se paró de su asiento para recoger sus útiles.

Sin embargo, al dar un paso, cayó bruscamente al piso debido a que uno le había metido la pierna para que ésta se tropiece.

- Ahora sí te pasaste de enferma, deja primero que esa niña acabe el jardín de niños - Habló otro riendo

Minji sintió sus rodillas arder fuerte, seguro se había hecho heridas por la caída.

Con enfado se paró rápido a tratar de empujar a uno de ellos, sin embargo, fue en vano, ya que ese chico era mucho más grande y apenas había retrocedido un paso con los brazos de Minji impactando contra él.

Pronto oyó muchas risas por todo el salón, especialmente de esos chicos.

El chico con el que Minji se estrelló la sostuvo de los brazos y la alejó muy lejos, haciendo que ésta vuelva a caer al suelo.

- ¿Acabas de poner tus sucias manos sobre mí...? - Preguntó sin creérselo, luego miró a los ojos a Minji con rabia y se acercó a ella, furioso

Los demás compañeros adivinaron las acciones de su amigo, por lo que se acercaron a detenerlo.

- Hazlo una vez más y tendrás esa cara de enferma deformada - Amenazó, al ver por la ventana que ya se acercaba la profesora del curso desde los pasillos hasta el salón

Ignoró las miradas y terminó de recoger sus útiles, para luego sentarse en su pupitre y tratar de atender a la clase.

Fue aquella vez la primera en la que se daba cuenta que lo de Hanni y ella debía acabar.

Fin del Flashback

- Unnie... - Hablaba triste la menor sin saber qué decir

Solo acariciaba la mejilla derecha de su mayor suavemente.

No quería ver triste a su Minji.

- Eso ya es pasado de todas maneras - Sonrió por la sensación que le daba el tacto de Hanni

- Y por eso es que sales con Kang Haerin - Prácticamente afirmó Hanni apretando su agarre

Minji solo sonrió y la acercó para darle un pico.

- Solo te quiero a ti - Y continuó dándole pico tras pico, dejando aturdida a la menor ya que los besos de Minji siempre la dejaban tonta

- Te amo unnie... - Soltó con total seguridad luego de que Minji se separe un poco para darle un espacio

- Yo también Hanni-ah... - Confesó desde lo más profundo de su corazón

Y así es como pasaron toda la noche, aferradas la una de la otra, besándose, repartiéndose caricias y mirándose.

No emitieron ni un solo sonido durante el resto de todo ese tiempo, solo eran ellas y sus respiraciones chocando.

Las dos querían aprovechar cada segundo de ese momento, por lo tanto, no se despegaron ni un solo segundo.

Era Minji acostada en la pared mientras rodeaba y acariciaba suavemente el cuerpo de Hanni entre sus brazos.

Con sus miradas se decían todo.

Sin duda las dos extrañarían demasiado eso que nunca debió de suceder.

Bbangsaz  -【Nocivo】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora