Capítulo 23

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Jennie aún no quería hablar con Lisa.

Estaba enojada.

Y muy triste.

De verdad quería que su alfa confiara en ella.

Jennie sabía que era atractiva.

Mantener una dieta saludable, hacer ejercicio y tener cuidado de su apariencia es algo que siempre le ha gustado.

Tal vez antes no tenía tanto dinero como ahora. Acepta que ha tomado un poco de provecho del dinero de su alfa, ¡pero era inevitable!

Comprar ropa, cremas y pagar su gimnasio le era sencillo ahora.

Especialmente porque la alfa se lo ofrecía en bandeja de plata, y con su trabajo le es más sencillo.

Pero eso no lo volvía frívola o un infiel.

Sabe que los alfas la desean, que la ven, que sus miradas se desvían cuando ella pasa; pero Jennie ama a Lisa.

De verdad la ama.

No se puede imaginar una vida sin ella, pero que la alfa no confíe en su omega... La lastima demasiado.

Jennie es joven y hay veces en que llega a sentirse insegura e ingenua junto a Lisa, la alfa tiene catorce años más de experiencia y la omega de verdad necesita que la alfa le demuestre que confía en ella porque justo ahora no lo está sintiendo.

—Jennie.

Lisa entró a la cocina mientras la omega hacía sándwiches para los cachorros.

—Jennie, ¿podemos hablar?

—Justo ahora no tengo nada positivo que decirte, alfa. Así que no quiero hablar —la omega pasó a su lado y abrió el refrigerador.

Lisa se sentía culpable.

Llevaban tres días sin poder tener una buena comunicación, cuando empezaban a hablar acerca del tema una de las dos explotaba y terminaban en una gran discusión.

Para este punto Jennie estaba cansada, agobiada y con muy pocas ganas de pelear con su alfa.

Se sentía inútil y sin paciencia, no quería hablar con su alfa y terminar en una gran pelea en que se dijesen cosas que podrían lastimarse.

—Jennie, quiero que hablemos acerca de esto —tomó la mano de Jennie.

Jennie se sentía agobiada mientras preparaba la cena y además tenía a Lisa junto a ella implorándole hablar otra vez, con esos ojos de cachorro dulce, pero ese tono de voz que hace a Jennie querer morderle la cara.

Ese tono de voz que cualquier pareja conoce, que no es exactamente agradable y que la lastima porque la hace sentir como una cachorra pequeña junto a la alfa fuerte.

Las lágrimas empezaban a salir y sentía un nudo en su garganta.

Sin pensarlo limpio la lágrima que caía por sus ojos.

—¡Ya basta, Lisa! ¡No quiero hablar ahora!

La omega se apartó.

Escondió su cabeza entre sus manos recargándose en la barra.

—Perdón, Jen...

—Lisa... —Jennie se sintió mal por gritarle a la alfa— No quiero hablar ahora mismo, perdón por gritar, pero necesito espacio —se acercó suavemente a la alfa y acarició sus manos.

La alfa vio directamente a la omega.

—¿Q-quieres terminar esto? —tartamudeó la rubia.

Jennie negó muchas veces.

Yellow flowers and coffe cups | JenlisaWhere stories live. Discover now