Los nuevos inquilinos

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Los dos amigos llegaron a su casa y aunque Arnold se despidió con una sonrisa, por dentro se sentía destruido, los siguientes días se la pasó trabajando con sus padres, como Helga pudo recuperar sus recuerdos con Phoebe pudo estar con ella toda la semana, en la cual fue visitada por el maestro Simmons, fue para contarle que si podrá estar en su clase para su último año de primaria pero que entraría una semana después para que se recuperara adecuadamente de su salud, también los fueron a visitar todos los alumnos del salón en grupos de tres para que no se sintiera mal de la cabeza, esas visitas la ayudaron un poco ya que pudo recordar algunos como Eugene, Shina, Nadine y otros compañeros con los que casi no convivía, aunque de apoco su memoria se estaba recuperando Arnold seguía un poco frustrado ya que aún no lo recuerda de nada y no ha podido ir a verla porque ha estado ocupado ayudado a sus padres y abuelos con la remodelación de los cuartos.

A dos días de regresar a clases Arnold pudo escaparse de su casa y ver a Helga un rato, Phoebe esta con ella en todo momento ayudándola con la rehabilitación de su cuerpo por lo que sabia en que momentos no estaban los Pataki con Helga por lo que Arnold nuevamente va a escondidas a verla y llevarle unas flores, tal vez no lo recuerda porque no lo ha visto, por lo que ir a verla le ayudaria a refrescar su memoria, así que llego con muchas esperanzas al cuarto.

Arnold toco la puerta un tanto nervioso, el cual fue indicado a abrir la puerta por parte de Phoebe, ella y una enfermera estaba ayudando a Helga en su ejercicios para recuperar su condición física en sus piernas, cuando la niña vio al chico con cabeza de balón se puso nerviosa y perdió la fuerza en las piernas, haciendo que el chico se alarmara y fuera a ayudarla, todos juntos la pusieron en una silla de rueda, la enfermera le hizo un pequeño análisis y le indico que ya no harían más ejercicios ese día, por lo que se retiro dejado a los tres niños solos.

-Estas bien Helga?! No te paso nada verdad?!

-Descuida estoy bien, a veces me pasa que pierdo la fuerza en las piernas, pero no es nada grabe ya escuchaste a la enfermera, ar...ar...Arturo?

-Soy Arnold, Helga.

Arnold le dolía escuchar que ni siquiera a podio aprenderse su nombre, pero no quería pensar en eso, mejor decide aprovechar su tiempo con ella, le dio las flores un poco aplastadas ya que las boto al suelo por lo exaltado que estaba al verla caerse, Helga se sintió muy feliz por el regalo, aunque sentía que no solo era por las flores, sentía que era mas por quien se las dio, pero no entendía porque, un leve sonrojo tenía la niña de cabello rubia y lo escondió con las flores, fingiendo que las quería poner en un jarrón, Arnold lo noto dándole esperanzas al chico y sonrojándose un poco por lo lindo que se veía Helga actuado de esa manera. Phoebe estaba un poco incomoda por estar en medio de su coqueteo de los chicos pelirrubios pero la emoción de ver a su amiga tan abierta y tranquila con sus emociones y el quiere saber si ella pueda recordar su amor le interesaba más, dejando de lado su incomodidad por lo que decido interrumpir el momento llevándole el jarrón a Helga para que pusiera las flores, también dándole un pequeño empujo a Arnold para que hablara con ella sobre su rehabilitación ya que sabia que Helga necesitaba escuchar palabras esperadoras de alguien, y quien mejor que el niño positivistas.

-La verdad Arnold no creo que me pueda recuperar en una semana estos días han sido difíciles, como viste mi fuerza de momentos se va y a veces no puedo ni abrir un frasco de mermelada, esto es muy frustrante- Arnold se sorprendió de que dijo su nombre bien al parecer si no pasa mucho tiempo de que se lo recuerda no se le olvida tan fácil mente, pero no quiso darle tanta importancia, no quería abrumar a Helga, lo mejor era darle ánimos.

-Bromeas verdad? Eres Helga G Pataki, tal vez no recuerdes pero siempre presumías que los Pataki sanan rápido y lo pude confirmar con mis propios ojos, cuando vis tus heridas hace un par de meses estaban mucho peor y mira tu pierna y brazo parece que no les ha pasado nada, sé que es difícil y que la frustración y coraje de sentir que no avanzas esta presente y eso es normal pero sé que te curaras yo creo en ti Helga pero tu también tienes que creer en ti- dijo lo ultimo mientras empujaba la silla de ruedas a las barras de apoyo en donde estaba haciendo sus ejercicios Arnold se puso enfrente de la silla mientras extendía la mano para apoyar a Helga a pararse.

Un recuerdo de amor olvidado (Helga Y Arnold)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon