48.

1K 93 82
                                    




Sofia Pov's.


Han pasado ya dos días. Tomás va y viene a veces, y como me gustaría huir, pero no me serviría de nada y encima estaría poniendo en peligro a mi pequeño. El cual ya ha comenzado a moverse, es muy inquieto, pero bueno, yo lo pongo así, por mis nervios de solo querer irme de allí.

-¿Quiere algo para comer? – Me sobre exalté al oír a la sirvienta. – Perdone, no quería asustarla...

- Tranquila, solo pensaba...- Le regale una pequeña mueca, que ella me devolvió con una pequeña sonrisa de su parte.

- ¿Puedo hacerle una pregunta? – La miré directamente y asentí. - ¿Usted es la hija del señor Campos, cierto? – La miré extrañada, pero volví a asentir. – ¿Entonces que hace aquí, aguantando las mañas del señor Guzmán? Todos saben lo poderosa que es...

- Hasta yo lo sé – Quite mi mirada de ella y la fije en el ventanal. – Pero ya no se trata de poder, si estoy aquí, primeramente, no es por mi voluntad, y si sigo aquí es por sobrevivencia, por más poder que tenga, hay cosas más importante, donde solo me toca bajar el moño...- Entonces aproveche de tocar mi pancita. Ella lo noto.

- Oh, entiendo...lo lamento, espero al menos como padres se lleven bien – Al oír eso se me escapo una risita, causando su extrañeza.

- No es de él... Tomás no formaba parte de mi vida hace meses y volvió ahora que ya había podido volver a recrearla – La sirvienta ahogo un pequeño gritito impactado, yo lo tome en cuenta. A estas alturas, solo necesitaba estar tranquila.

- No lo sabía, yo...- Y se oyó la puerta abrir, eso significaba que estaba de vuelta. – Con permiso...

La sirvienta desapareció y yo me quede observando por el ventanal. No tenía mucho que hacer.

-¿No has montado? – Preguntaron a mis espaldas.

- No – Fue lo único que respondí.

- ¿Y eso? Tienes caballos aquí mismo...¿Qué te sucede? Es extraño decir esto, pero estoy preocupado – Oí sus pasos acercarse.

- Nada que te importé...- Hice una mueca al sentir su mano en mi hombro.

- Tú me importas – Respondió tajante. Quitaba su mano de mi para darse media vuelta, quedando frente mío.

- Si, si – Tuve la intención de levantarme e irme. Pero este me lo impidió.

- Hoy no andas de buenas por lo que veo – Me regalo una sonrisa divertida.

- Con verte todos los días ni un solo pelo de buenas me queda – Le hice una sonrisa fingida, que borré enseguida. – Ahora, deja ir por algo de comer...

- Ahora veo porque usas tanta ropa holgada...- Cerre los ojos al oír ese comentario. – Con kilos de más o menos, sigues igual de diosa

Y el muy idiota tuvo la intención de apretarme el estómago, haciendo que me corriera rápidamente, pero sin querer choque con una esquina de un mueble, no tan fuerte, pero lo suficiente para sentir una punzada. Por lo que me queje enseguida, causando la extrañeza de Tomás.

-¿Qué pasa? – Intento acercarse y me aleje, mientras me tocaba la parte afectada.

Tome y bote aire tranquilamente. Hasta que regular bien mi respiración y lograr sentirme mejor.

-Sofia – Me exigió nuevamente el pelinegro. No pensé en responder y este lo noto, por lo que me agarro del brazo bruscamente. - ¿Qué te pasa?

- Tomás suéltame – Dije mirándolo seriamente.

ILEGAL / F1. MOTOGPWhere stories live. Discover now