Capítulo 2

739 102 46
                                    

Pov Wanda:

Mi corazón late con demasiada rapidez. Me pone muy nerviosa que Strange, Wong y América estén aquí, caminando cerca de mi hacia la casa de Dominga. Es la única persona que me transmite confianza y ademas, se que nadie nos interrumpirá allí. Es obvio que tenemos una conversación extensa pendiente, y aunque, quisiera huir, no lo haré. Debo enfrentar mis consecuencias.

Además, llevo pensando mucho tiempo buscar a América para disculparme con ella. Pero el pavor que me deba ver su reacción, me frenaba de golpe. Lo más normal es que me odie y no me quiera volver a ver en la vida.

Los tres caminan tras de mi. Me permiten ir delante para guiarlos. Pero el echo de que ninguno suelte ningún comentario me pone aún más tensa, si es que eso se puede.

Dominga me espera fuera de la casa y me extiende su sonrisa cuando me ve llegar. Frunce el ceño y se coloca mejor las gafas para apreciar quienes son los que están conmigo. Sus pequeños ojos se abren por la sorpresa cuando se para en Stephen. Frunzo el ceño variando mis ojos entre ambos.

-¡Niño! Ella es de la mujer que estaba hablandote. Deberías haberme dicho que la conocías... O algo más ¿Verdad? -Le saca una sonrisa pícara que él corresponde con una media sonrisa. Decido ignorar el gesto.

-Dominga, necesitamos hablar sin ninguna interrupción, ¿Me ayudas? -Toco su hombro y ella asiente.

Nos conduce por un largo pasillo hasta pararnos en la última habitación. La observo de soslayo cuando se aparta de mi lado para posarse en el de Stephen.

-Ella es un dulcecito de caramelo, no le hagas daño. -Escucho como le susurra.

-No quiero hacerla daño, todo lo contrario señora.

Dominga sale de la habitación prometiendo traer un café más tarde. La habitación tiene una mesa redonda y unas sillas alrededor. Los muebles son pocos, así que no me fijo mucho en ellos por que el centro de la habitación parece un interrogatorio. Trago saliva y me apresuró a sentarme primero. Strange se sienta frente a mi, Wong a mi izquierda y América aparta la silla para alejarse más de mi y acercarse a Stephen con precaución.

Peter desapareció nada más ver a Strange. Se que tiene algo hay escondido. Pero ya lo averiguaré más tarde.

La mirada de los tres me transmiten cosas tan distintas que solo me fijo en quien está frente a mi. Los ojos de América desmuestran miedo y evita mirarme directamente. Wong tiene mirada fría y preocupada, y por último Strange... Tiene una mirada estoica que no me permite saber que piensa. Y esa es la que más desconfianza me da. Se lo que piensan los demás de mi, pero él... No tengo la menor idea. Me remuevo incómoda en mi asiento. El silencio es tan extenso que es incómodo.

-Como nadie tiene ganas de decir nada, empezaré yo. -Comienza Strange. -Wanda, ¿Qué es esa energía que está por aquí, y casualmente cerca de ti?

-No te puedo decir que es con exactitud. Yo tampoco lo sé.

-Mentira. -Murmura.

-Wong, te ruego que te sosiegues. Necesitamos respuestas, no peleas. - Stephen ladea su cabeza.

-Solo siento una voz de vez en cuando dentro de mi cabeza. Hoy, la diferencia ha sido un abismo negro frente a mi que nadie más veía.

-¡Yo soy testigo de eso! -Peter aparece por la puerta.

-¿Y tú de dónde sales ahora, quien te ha dejado entrar?

-Le he dicho que te conocía, Wanda, y la señora me ha dejado entrar. Es muy amable por cierto, me ha dado galletitas al entrar. Son de chocolate. Están muy buenas... Ya me callo. -Se posa a mi lado. De pie.

Alzó la ceja en su dirección y él solo encoge sus hombros. Niego y vuelvo a poner atención a la conversación.

-Desde hace unos meses escucho voces. Aveces es una mujer y otras un hombre. La mujer me transmite confianza, él hombre no. Al principio eran susurros que se llevaba el viento. Creí que era mi imaginación inventándose todo, pero después las voces se agudizaron más y las notaba perfectamente claras. Hoy esa voz me ha hablado, y no solo eso, me llevaba a algún lugar, no sé dónde, pero mis piernas funcionaban solas. -Tomo una pausa para poder respirar sin dificultad. -Pero es obvio que ese hombre o lo que sea, no tiene buenas intenciones. Poseyó a una niña solo para que le hiciera caso.

-¿Es la niña que salvaste? -Asiento. Wong parece meditarlo un poco y después niega.

-No se que es lo que veía Wanda, pero fuera lo que fuese, yo no lo vi. Solo la saqué de ahí.

La habitación vuelve a estar en silencio. Mis hombros vuelven a tensarse. Strange no ha dicho ni una palabra.

-Entonces... ¿Tú eres el que echaba telarañas por el culo? -America rompe el silencio de un manera peculiar.

Entrecierro mis ojos hacia Peter.

-¿¡Qué, no!? No expulso telarañas por... Ahí. -Se remueve por toda la habitación nervioso... De nuevo.

-America, es en lo único que has prestado atención desde que ha llegado ¿Verdad? -Wong le pregunta y ella encoge sus hombros.

Strange se levanta y todos fijamos la mirada en él. Sale de la habitación sin decir una palabra. Vuelve después de unos minutos que se hacen eternos por la mala energía que hay en la sala, y hace un gesto a Wong para que salga con él.

Dominga entra y agradezco a todo lo que se me ocurre en ese momento por qué así, América se sentirá más cómoda que estando sola conmigo y con Peter.

-Es un buen tipo, felicidades cariño. -Me suelta de golpe.

-¿Qué? ¿Felicidades por qué? -Insisto mientras escucho a Wong gritar un rotundo "no".

Me levanto de golpe de la silla y salgo disparada. No ha sido un grito de dolor, pero aún así me ha alertado.

Al salir Wong me mira de reojo y pasa por mi lado enfadado. Pestañeo confundida y veo a Strange con los brazos cruzados y negando. Sus ojos se conectan con los míos y ahora están llenos de decisión. Por fin distingo algo en sus orbes azules.

-Wanda ven porfavor. -Me dice con calma.

Dirigo mis pasos en su dirección. Se restriega las sienes. Se ve cansado y pensativo.

-Tienes que venir a Kamar-Taj. -Ladeo mi cabeza, confundida.

-¿Estas loco? Nadie me querrá allí, y con razón. -Murmuro eso último.

-Necesitamos vigilarte y mantenerte a salvo. Si solo tú escuchas y ves... Eso, es que quiere algo de ti. Sólo de ti.

-Pues si, estoy de acuerdo con eso. Pero tus aprendices no me aceptarán, ni aunque sea tu protegida. Recuerda que Wong es el hechicero supremo Stephen, él es a quien más caso harán. Si él no está de acuerdo, nadie lo estará. Y por cómo me ha mirado, no creo que le haga mucha gracia.

-No vendrás como mi protegida. -Alzo las cejas. -Vendrás como mi prometida.

Entre Tu Mundo Y El MíoWhere stories live. Discover now