KAPITULO ZINKO: KARTAZ KARMEZIEZ

34 8 3
                                    

Los mekánikoz y los kanijoz grazientoz estuvieron dos semanas enteras acoplando la nave Drukhari a un costado de la Kiebra Enklenkez; sujetada con klavoz oxidados, alambres retorcidos y soldados con varillas de acero en el vacío. No se como es posible, es una de las varias cuestiones que no me permiten dormir bien por las noches, salen chispas, se funde el metal y se fusiona con el hueso espectral. El anacoreta y su aprendiz estuvieron silenciosos andando entre las sombras, al principio se asqueaban con el olor de las pieles verdes, ahora van con el rostro descubierto permanentemente, los he visto comer frutas exóticas que no sé de dónde las sacaban.

El Kapitan desde el puente manejaba la enorme nave con un timón de madera, parecía ensimismado; los chikoz a su alrededor vociferaban rabiosamente rimas bucaneras y versos korzarioz, fue la primera vez que me percaté de la introspección de este curioso piel verde.

― ¡Ahí eztá! ― clamó Bluddflagg.

Una nave imperial apareció y pronto detrás de ella una flota entera; estos no eran una flota militar, era una de comercio, Comerciantes Independientes, la crema y nata del imperio. Unos bastardos engreídos, aunque podrían ser el modo de regresar a dominios del Emperador. Como podrán percatarse no fue posible, y les contaré como fue este incidente.

La Kiebra Enklenkez se detuvo y la flota mercante rodea al kruzero, la nave capital del comerciante independiente se colocó en frente a la nuestra. Una nave impresionante, flancos de púrpura, cañones revestidos de cobre y estructuras eclesiásticas impresionantes adornando su exterior.

El Kapitan soltó una carcajada ― ¿Kieren intimidarme? Humanejoz eztúpidoz.

Me pareció intrigante su buen humor, si decidían disparar no importaría la gran resistencia de la Kiebra Enklenkez, esta colapsaría ante el poder de fuego combinado de la flota comercial.

― ¡Spookums! ¡Puño Ladrillo! ¡Orejudo! ¡Kuenta Kuentoz! ¡Venid Konmigo! ― gruñó después de poner el freno de mano. No, tampoco tengo idea de como es posible que eso funcione. ―Zeñor Klavocerebro, está al mando, tomen posiciones.

Abordamos la nave capital en una kañonera que era más chatarra que máquina, por una de las hendiduras por las que se colaba el frío del vacío (y tendría que haber descompensado la nave, destruir la nave, ahogarnos o expulsarnos al vacío, pero a esta altura ya no me hacía preguntas), en los costados de la nave comercial se leía en letra gótica y dorado "Trabem Lucis". El kanijo kamillero me seguía acompañando, decidí llamarlo "Kri", pues ese sonido es el que hace durante sus tics nerviosos, cargaba dos garrapatoz hinchados debajo de cada brazo. Nosotros íbamos desarmados a excepción del aeldari que llevaba su báculo y Spookums que llevaba consigo un comunicador vox, era este el medio por el que se organizaba el trabajo en la nave, no tengo idea de porque lo llevaba, seguramente habría mecanismos de interferencia en la nave mercante, así que comunicarse de regreso con el kruzero no iba a ser posible. En el hangar nos recibió una comitiva formada por una guardia de honor de vestimentas extravagantes y unos xenos de apariencia insectoide con una cabeza de alacrán nos guiaron hasta el puente.

Una mujer bronceada de mirada rasgada, una vestimenta de cuero elegante y ribeteada; usaba una peluca negra con florituras de un estilo aristocrático, una diadema de rubí adornaba su frente, ella se hallaba sentada en su trono plateado.

―Kapitan Bluddflagg, su reputación le precede― profirió la mujer al cruzar las piernas.

―Graciaz... ¿Kómo te llamaz?

A la mujer se le hinchó una vena sobre la ceja ―Has sido tú, quien me ha llamado, ¿cómo es que no sabes quién soy?

―Yo le pedí a este flakucho ke me kontactara kon alguien kapaz de darme lo ke necezito ― mencionó al señalar al anacoreta.

¡ALLÁ VAMOZ!: LAZ TRIPIANTEZ AVENTURAZ DEL KAPITAN BLUDDFLAGGWhere stories live. Discover now