Capítulo 3.

2.6K 355 80
                                    

Razón 3: Max.

A Chuuya siempre le gustó la idea de que, una vez independizado, tendría una mascota. Y después de dos años viviendo solo en su departamento, sentía que algo faltaba en su vida en general. Después de la «discusión» con Dazai se había sentido bastante afligido y molesto al mismo tiempo, pero no quería ceder, porque no había hecho nada malo que mereciera una disculpa por su parte.

Y algo que había hecho desde niño en situaciones así era refugiarse en películas, musicales o series que había visto una docena de veces y cuyos diálogos incluso se había aprendido.

Y el ejemplo perfecto era:

"El niño y el perro" era un musical que había visto más de una docena de veces y nunca le aburría, se echo le emocionaba cada vez que lo veía como si fuera la primera vez. Y cuando acabó la función, sentía que se le ponían los ojos vidriosos y que cualquier cosa le haría llorar. Mientras caminaba de vuelta a su departamento, como si el destino le hubiera dado la oportunidad perfecta para animar un poco más su vida, había un centro de adopción de mascotas en el parque, a unas cuadras de su edificio.

—Solo entras y miras, nada más Chuuya. —Respirando profundamente, ingresó al parque y tan pronto como sus ojos se posaron en unos hermosos ojos perrunos, le fue inevitable no caer rendido y morirse de ternura con cada animal que veía.

Mientras se paseaba, se percataba como las personas adoptan a los cachorros más bonitos de una perrera, pero sus ojos se dirigieron a un perro bastante lindo que ladraba y corría de un lado a otro, pero era ignorado por todos las personas como si fuera invisible, y prometiéndose a sí mismo que solo se acercaría a ver y nada más.

—Eh... Disculpe —llamo a la mujer encargada de aquella perrera.

—Oh, buenas tardes. Somos la perrera "Dulce Corazon" ¿Quiere adoptar a un perrito? —preguntó la joven, que no debía tener unos cuantos años más que él.

—Oh, no, no... —rio con nerviosismo, mirando de reojo a los lindos perritos ladrar, enfocando su mirada en el perro que todos ignoraban—. ¿Por qué todos ignoran a ese perro?

La muchacha miró a la misma dirección que el pelirrojo y cuando se dio cuenta de quién se trataba, simplemente suspiro afligida.

—Él es Max, lo recogimos hace seis meses, estaba bastante malherido. Con el tiempo y cuidados debidos pudimos salvar su vida, pero lamentablemente, había sufrido muchas agresiones por parte de su anterior dueño y perdió un ojo —relato con la tristeza impregnada en su voz. Chuuya apretó los puños, deseando ojalá encontrarse con aquel tipo para molerlo a golpes, la chica continuó—: Tras su recuperación lo pusimos en adopción, pero como debiste darte cuenta, las personas solo adoptan a cachorros o perros hasta cinco años, pero los que tienen "defectos" o son muy ancianos, los dejan de lado.

—¿Qué pasará con ellos si no son adoptados? —preguntó entristecido, sin quitarle la mirada al perro.

—Lamentablemente, debemos dormirlos, solamente pueden estar en la espera de adopción un año —expresó desviando la atención de los perros, centrándose en Chuuya—. Por eso hacemos estas campañas de adopción.

—¿Cuánto tiempo le queda? —preguntó, refiriéndose a Max.

—Este mes —respondió.

Chuuya no dijo nada más. La chica se marchó después de recibir una solicitud de adopción, se dio cuenta de que ya había tenido bastante y se dio la vuelta para marcharse, pero no dio ni cinco pasos cuando se giró para dirigirse a la misma mujer de antes.

—¡Adoptaré a Max! —Alzó la voz, pero rápidamente se avergonzó.

Tras hacer los papeleos correspondientes, Chuuya se sentía nervioso y ansioso a la vez, actuar por impulso siempre lo llevaba a tomar decisiones sin pensarlas dos veces. Pero en cuanto la mujer le entregó la correa para Max, le fue difícil contener la sonrisa al ver como ese animal corría hacia él.

7 Razones Por Las Cuales Odio A Chuuya. || Soukoku.Where stories live. Discover now