Final.

2.7K 367 72
                                    

Razón 7. Porque eres tu, Chuuya.

Dazai no podía dormir, le era difícil conciliar el sueño tras lo ocurrido algunas horas antes. Chuuya dormía en su habitación mientras que el dejaba que sus pensamientos lo carcomieran con insistencia.

No podía negar que no estaba alegre por la ruptura de Chuuya y Fyodor, pero una parte de él estaba cansado y molesto. Y si, el origen de su enojo por ver a Chuuya con alguna pareja inició desde la primera vez que Chuuya se le confeso:

—Maldición Dazai, si mis padres nos ven así, te juro por Dios que te mato —refunfuño Chuuya, tambaleándose por las escaleras.

—Ya te dije que no están, Kouyou Ane-san tampoco, no reclames tanto, Chibikko —se burló Dazai, ayudando a Chuuya a subir.

Ambos habían llegado de una fiesta bien entrada la noche, digamos que ninguno tenía permiso para realmente salir a esa fiesta, pero eran adolescentes, rara vez hacen caso a alguna orden o amenaza, sobre todo si tenían un pequeño diablillo en el hombro —y para Chuuya ese diablillo era Dazai—.

Aun con el alcohol en la sangre ninguno podía conciliar el sueño, aunque el silencio era agradable y pequeñas conversaciones amenas, Chuuya tenía algo que decir, pero nunca encontraba realmente el momento o las palabras para hacerlo.

—Oye Dazai.

—Mhm...

—¿Te gusta alguien? —preguntó finalmente tras unos segundos de silencio.

Dazai parecía meditarlo, no era raro que Chuuya dijera cosas sin sentido en ese estado, por lo cual no tomó muy en serio esa pregunta.

—La chica de hoy me gustó bastante —bromeó, recibiendo un golpe en su pierna—. Está bien, no me golpee y no, no me gusta nadie por ahora, aunque soy bastante popular entre las chicas.

Chuuya permaneció en silencio, mirando el techo blanco de su habitación, ¿era posible sentir ganas de vomitar escuchando cada palabra irónica de su mejor amigo? Como si fuera costumbre, sus labios dibujaron una sonrisa (o mueca) eso dependía de quien lo viera y a los ojos curiosos que lo observaban sabían era una mueca.

—¿A ti te gusta alguien? —preguntó Dazai, incrédulo de la respuesta que Chuuya le daría.

—Aunque no lo creas, también soy popular con las chicas, bastardo arrogante. —Dazai frunció el entrecejo, estaba evadiendo el tema.

Chuuya se sentía mareado, sus ganas de vomitar aumentaron y no podía negar que la penetrante mirada del castaño lo ponía nervioso.

—Chuuya responde, ¿te gusta alguien? —interrogó, con una mirada inquisitiva.

Chuuya mordió el interior de su mejilla y sabía que no importara cuanto esquivara el tema, no tenía escapatoria. Dazai podía ser un verdadero dolor en el trasero si quería y que mejor que aprovechar esta oportunidad, que ambos estaban ebrios. Chuuya giró a medias su cuerpo y se encontró con los ojos castaños —con el ceño ligeramente fruncidos y un puchero en los labios—, con cuidado tomó el rostro de Dazai y junto sus labios.

No podía decir que fue el beso más memorable, porque solo fue un roce, como un piquito de niños y para colmo cuando se alejó, el rostro de Dazai parecía un poema.

Chuuya sonrió y volvió a acomodarse en su cama, dándole la espalda a Dazai.

—Ya tienes tu respuesta, idiota. —Murmuró, sin poder evitar los nervios crecientes en su interior.

Y esa noche Dazai no pudo conciliar el sueño, y se cuestionaba como Chuuya pudo dormirse con tanta rapidez, en más... sus mejillas ardían de sobre manera, y no podía moverse demasiado o terminaría en el suelo.

7 Razones Por Las Cuales Odio A Chuuya. || Soukoku.Where stories live. Discover now