Días Antes De Mi Muerte.

20 De setiembre Del 2018

Desperté aún dolida, algo confundida, veía los moretones en mi cuerpo . No debía dejar que lo notarán, así que me puse un abrigo. Por encima del uniforme por si acaso.

Y me dispuse a ir, desde luego que me encontré con Hana en el camino esta vez, pero no podía decirle nada, la vi algo preocupada, pero tampoco sabia que decirle.

No es cómo que ella pueda hacer algo en el descanso qué sólo se fue y me quede hablando con una de mis compañeras, se bien que ella lo sabe, lo noto desde el momento en que me vio. La vi preocupada desde luego , tampoco es como que ella pudiese hacer algo si se lo hiciera saber.
Pero a la salida, ella me hizo acompañarla a casa sin que tuviese mucha opción.

apenas llegamos, lo primero que hizo la señora Sanko es sentarme en la sala y me pidió que me quitara el abrigo y sin más le siguió la camisa.
Ella se mostraba ciertamente molesta y se fue echa una tormenta, pidiéndole a Hana qué cuidara de mi.

–iré a dormir –le dije a Hana–

–solo dime si ocupas.

Y así solo me fui al cuarto de Hana y me tire en la cama, aún adolorida, solo me quedaba pensando. “¿qué opciones tenía?” era solo insignificante hiciera lo que hiciera, qué maldito escape tenía de esa pesadilla y así me quede dormida por un buen rato hasta que ella volvió.
Es por el escándalo qué hubo qué me termine despertando cuando escuche a la señora Sanko llegar. Entre el escándalo que ella y Hana estaban haciendo.

Salí a verla sus nudillos estaban rojos y parte de su ropa sucia y rasgada, eso sin mencionar su ojo morado, no sabía que había hecho pero al ver las cajas ahí detrás de ella.

–¿señora Sanko?

Ella me vio con una sonrisa apacible y cálida, no sabía bien lo que me iba a decir hasta que finalmente lo dijo.

–ya no tendrás que volver ahí.

La vi por unos instantes aún incrédula, corrí a abrazarle, no sabía que sentir, si llorar, reír o ambas. Con fuerza ella me abrazo, como si yo fuese su propia hija, no quería dejarme ir.