CAPITULO 3: Nuevas relaciones

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Veía la comida que tenía frente a ella, no tenía hambre ¿Por qué le dijo aquello? Encima ¿Por qué aceptó en primer lugar ir? Su único consuelo era que Emma se encontraba a su lado

Había pensado que solo sería ellos cuatro pero cuando vio a tres personas más en una mesa donde ellos se acercaban, habían comenzado a arrepentirse, no se sentía cómoda con tantas personas cerca de ella

Quería irse en ese momento y como a ella no le importaba lo que los demás pensaran de ella, eso era lo que haría

Sin terminar de comer decide levantarse para tomar sus cosas y finalmente irse pero al hacerlo siente todas las miradas sobre ella, toda su vida había estado sola, no le gustaban las multitudes

— ¿Te vas? creí que comerías más que un sándwich y no lo terminaste

—No creo que sea tu problema—alejándose, quizás le había dado una mala imagen a su recién compañera pero ya buscaría otra, al parecer hacer amistades no era tan difícil como pensó

Seguro en unos días tendría el remplazo perfecto para Emma, si se alejaba de ella seguro dejaría de molestarla su hermano, apenas lo había conocido ese día y ya la sacaba de su zona de confort, aunque no sabía si ese tal Edward la dejaría de molestar, no parecía el tipo de estar detrás de una persona, parecía estar siempre ocupado

Igual era su primer día las personas se olvidaban siempre de ellos, las amistades que intentaron formar y al final se quedaría con los que realmente le agradaba y de la manera que ella se había comportado seguro no sería su primera opción

Finalmente llega a la entrada de la universidad aun no llegaban por ella, seguro había pasado algo con el auto, su hermano solía salir un poco más tarde, ella debía pasar por el

—Eres Esmeralda ¿verdad? —ve a la mujer frente a ella ¿Dónde la había visto antes? —Soy Clara, estaba en la cafetería hace un momento

—No te conozco, así que sea lo que quieras mejor no pierdas tu tiempo preguntándome, dicen que el tiempo es...—frunce el ceño, recordaba que aquel chico le había dicho que ese dicho no era muy cierto—bueno pierdes tu tiempo

—Qué bueno que no te pediré nada—sonriéndole—veras por la mañana te le acercaste a Edward, note como lo tratabas, sé que por ser amable siempre se aprovechan de su amabilidad, le gusta ver las cosas buenas de las personas, no todos las tenemos...—la chica bosteza se comenzaba a aburrir

— ¿Quieres ir de una vez al punto? —la ve fruncir el ceño, no le tenía miedo a nadie y ella no sería la primera suponía a que venia

—Aléjate de él, no me gusta como lo trates, si no voy hacer que tu primer año universitario nunca se te olvide—sonriéndole

— ¿Y si no quiero hacerlo? Sería interesante ver que puedes hacer—se ve ambas manos—y mira no me falta ninguna extremidad, estoy en buenas condiciones—le sonríe—te sugiero que mejores tu amenazas muñeca además ¿Quién va a querer acercarse a un ser tan insoportable como él? —se sorprende al sentir como la chica la estampa contra la pared que estaba detrás de ella

—Edward es el hombre más amable y bueno que conozco cualquiera tendría suerte que le ofreciera su amistad, no te permito que hables así de...mi novio, así que será mejor que no hables de el de esa manera y que mantengas la distancia, si no volverás a saber de mi

La chica veía los ojos de aquella mujer, no le deba miedo, la había sorprendido y no tenía intenciones de ser cercana al chico pero no le gustaba que le digieran lo que debía hacer ¿Qué se creía para hablarle de esa manera? Había olvidado como era el mundo real ¿Qué pensó cuando decidió estudiar fuera de su casa?

El gorrión heridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora