CAPITULO 31: Sinceridad

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Tenía que salir de ese lugar no debió asistir desde un principio, ella no merecía estar en ese lugar, solo lograría incomodar a Emma porque ella la odiaba en ese momento ¿Quién iba a querer ser consolada por una persona como ella?

—Me voy—sin esperar respuesta me alejo a paso apresurado pero logro escuchar la voz de Edward llamando y logro sentir alguien tomarme de la mano antes del llegar a la salida del hospital—déjame Edward no debí venir que te haya permitido ayudarme no quiere decir que puedas entrar en mi vida como quieras

—Supongo que debí dejar que viniera el—me libero para ver a Inés sonreírme—No creo que debas irte, Emma te necesita…sinceramente nunca sé que decir en estos momentos, no he sido la mejor amiga para ella pero creo que tu si

—Es una broma de mal gusto Inés, si tu haz sido una mala amiga ¿Qué puedo ser yo? Mi vida ya es un desastre, no estoy en posición para arreglar la de alguien

—Aun así aquí estas—no podía dejara Emma ¿Verdad? Ella había sido la que le había pedido a Edward que la llevara, no podía seguir corriendo como una cobarde de lo que sentía—es complicado, siempre lo es pero la cosa está en cómo nos enfrentamos a los que nos preparan

—Creo que serias una excelente pareja para Edward—esas palabras extrañamente no me gustaban—son tal para cual

—Creo que dejare eso atrás, al final tu solo fuiste sincera—me extiende la mano—te llevare con ella, sé que puedes ayudarla

—Tú perdiste a alguien recientemente ¿Qué te hace pensar que estoy más capacitada?

—Porque sucedió recientemente, solo lo empeorare porque realmente no lo he superado del todo—tenía razón, Emma la necesitaba en ese momento

—Hare lo que pueda—la tomo de la mano para dejarme guiar, intento relajarme y dejar de pensar en donde se encontraba para centrarse en qué le diría a Emma, era difícil para ella también recordar esos fantasmas del pasado que la perseguían aun en el presente aún se preguntaba cuando se irían—Emma—la veo observarme estaba junto a Albert ¿Debería darle animo también?

—Esmeralda ¿Cómo te enteraste? —parecía incomoda, debió huir como lo venía haciendo hace tiempo

—Edward estaba con el cuándo Angel llamo preocupado—me acaricio el brazo algo nerviosa—lamento lo que les está pasando y también haberte herido como lo hice Emma, sé que no soy una buena amiga

—Nunca lo fuiste pero lo comprendo, intente ponerme en tu lugar y es algo normal que hagas estas cosas pero ¿Podemos hablar luego? No estoy de ánimos

—Yo no vine a reconciliarme contigo, no se me ha pasado por la cabeza—tenía que ser menos dura ¿Por qué tenía que ser así? —te conté una vez lo difícil que es ver a una persona irse sin poder ayudarlo, es normal que te duela pero no estás sola además tu madre nunca desearía verte triste para siempre pero por ahora está bien llorar, no es bueno guardarlo todo—me acerco para abrazarla—te dolerá y ese dolor puede que no se vaya de la noche a la mañana pero aprenderás a vivir con y cada vez más será más soportable

—Meck—la siento corresponder mi abrazo para luego escuchar su llanto, si contenerlo me uno a ella, no sabía porque quizás era el lugar o porque simplemente se había contenido ese dolor por años—gracias por venir

—Gracias a ti por aparecer en mi vida Emma, cuentas conmigo para lo que quieras…te defenderé con todo lo que tenga lo prometo—no iba a dejar que su primo le arrebatara la única amiga que la comprendía, le importaba Emma

— ¿Crees que este bien y salga de esta?

—Deseo que sea así, espero que no tengas que pasar por algo tan doloroso como a mi ocurrió hace tanto tiempo—quería ayudar a su amiga, lo desea tanto pero no estaba a su alcance hacerlo

***
No podía dejar de ver a los pacientes que habían salido a tomar aire igual que ella aunque no era una paciente, se sintió avergonzada cuando se dio cuenta que había estado llorando frente a todos, cuando Emma se distrajo con Angel aprovecho para esconderse pero quería estar cerca por si ocurría algo

Su mente estaba pensando en lo que le diría a su primo cuando supiera que no fue a la universidad, ese día saldría temprano y ya debería estar de regreso a la mansión, su celular no había parado de sonar pero tenía miedo de contestar, debía irse y enfrentar lo que venía, estaba cansada de esa situación, decide contestar para acabar con eso, tenía que decir la verdad

—Brayan lamento no haber contestado—logro escuchar su respiración, estaba molesto mayormente se alteraba con facilidad

— ¿Dónde diablos te metiste Esmeralda? ¿Quién te crees? ¿De verdad piensas que puedes esconderte así de fácil?

—No creo que pueda huir de ti nunca—aprieto los puños, ese día estaba más sentimental, era por el lugar—me salte las clases hoy

— ¿Estas con alguien? Debí saberlo ¿Quién diablos es? Desde que entraste a la universidad estas extraña, seguro acostándote con alguien más, tú me perteneces ahora mismo te quiero de regreso

—Estaré ahí en unos minutos, llamare a Carlos, te explicare todo cuando vuelva

—No es necesario, está claro lo que sucede contigo, sabes que solo me perteneces a mí y no puedes hacer lo que quieras, soy yo el que mando en tu vida por mí es que tu estúpido hermano está vivo ¿Es muy difícil ser agradecía y hacer lo que se te pide? Sabes que tendrás tus consecuencias, más te vale despedirte de esa estúpida universidad porque no volverás a salir

—Es lo único motivo por el que me mantengo a tu lado, si no ya no estaría aquí, no eres más que una sucia escoria, puedes hacer lo que quieras conmigo pero eso no cambiara el asco y odio que te tengo, nadie lo cambiara por mucho que intentes hacerme entrar en razón—cuelgo para dejar que mis lágrimas se volvieran a deslizar por mis mejillas, me las limpios, no debía llorar—Emma lo lamento—le envió un mensaje a Carlos diciendo donde me encontraba

—Aquí estabas—veo a Edward que tenía dos botellas de agua—ya casi es hora del almuerzo ¿Estas de humor para comer? —me sonríe ofreciéndome una botella de agua, la tomo sin dejar de verlo ¿Por qué deseaba detallarlo cada vez más?

—Nunca estoy de humor para nada en realidad—abro la botella comenzado a beberla, mi garganta se sentía repentinamente seca—Albert y Emma son los que te necesitan, yo estoy bien

—Siempre lo dices pero nunca lo pareces—lo siento limpiar una lagrima que se me había escapado—Parece que necesitan una operación de urgencia y varios tratamientos, la terapia parece no funcionar, su artritis empeoro parece que Albert no tiene para pagarla, es una situación difícil para ellos, creo que lo han ocultado de nosotros y hace mucho necesita la cirugía

— ¿Estas molesto porque no te incluyeron en sus problemas familiares?

—Si necesitaba dinero yo puedo ayudarlo de alguna manera además ¿Por qué se fue de vacaciones si necesitaban el dinero?

—No creo que haya sido su decisión si no de su madre—no sabía que esa enfermedad podía terminar siendo tan grave— ¿Sabes que le paso?

—Alguna infección parece que la controlaron a tiempo—lo siento observarme, tenía que irme pero quizás era la última conversación que mantuviera con Edward a pesar de que se trataba de la salud de la madre de Emma—buscare la forma de ayudarlo, va han estar bien

—Espero que no empeore—no quería irse y dejar su amiga—Tengo que irme

—Tu primo debe estar preocupado—No podía seguir con eso, no quería nada de eso, últimamente estaba pensando mucho

—Si—siento como toma mi mano, lo observo—Mi madre murió por eso me encuentro así, tenía cáncer y no pude ayudarla en nada, odio los hospitales porque después del nacimiento de mi hermano ella no salía de uno y así fue durante casi 2 años, tenía que ser fuerte por mi hermano

—Debió ser muy difícil para ti en esa época pero nunca es bueno aguantarse todo ese sufrimiento—Si hubiera conocido a Edward en otra situación quizás le hubiera permitido ser su amigo pero no quería darse ese lujo

— ¿Qué puedes saber? Tu siempre pareces estar bien pero todos tenemos problemas, tú mismo me lo dijiste, no eres el indicado para decir que guardarse el sufrimiento no es bueno porque tu no sigues tu propios consejos

El gorrión heridoWhere stories live. Discover now