CAPITULO 42: Preparativos

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Le había resulta un poco extraño que Esmeralda aceptara y encima no hiciera preguntas al respecto ¿Ya sabía lo que tenía planeado? Pudo contárselo Henry o Emma que sabían de sus planes pero que no tuviera que insistir mas le hacían las cosas más sencillas

Quería que ella tuviera su pequeña terapia con Albert aunque no estaba cómoda con él, esperaba que lo que quedaba de mes pudiera lograr algo y pudiera seguir con aquello sin el presente, Esmeralda a pesar de todo era una mujer fuerte sabía que podía lograrlo

—Entonces ya que no tienes el vestuario adecuado comencemos con las terapias

—Albert que haya aceptado esto no significa que de la noche a la mañana me agrades y que te quede claro que tampoco tengo intensiones de que eso suceda así que ni te atrevas a tocarme—no se lo iba a poner fácil, era Esmeralda después de todo pero solo imaginar el hecho de Albert acercándose a Esmeralda de la misma forma que el solía hacerlo no le gustaba

—Por ahora solo te dirá lo que tienes que hacer, no seas tan agresiva, solo intenta ayudarte, prometiste intentarlo

— ¿Crees que diciéndomelo tú me calmare? Edward no hay mucha diferencia entre tú y Albert, son igual de insoportables— ¿Por qué tenía que ser tan terca? Solía ser muy paciente pero en ocasiones creía que Esmeralda podía sacar la peor parte de él, lo cual no le gustaba

Sabía que no tenía poder sobre ella y sus acciones, no podía controlarla porque si había una persona a la que obedeciera estaba seguro que no era el, ya era una sorpresa que estuviera con ellos e intentando cooperar pero aun así era un poco exasperante su actitud

—No tienes que decirme cosas que soy obvias Esmeralda, fui justo contigo y sincero la mejor forma de agradecérmelo es haciendo lo mismo ¿No crees?

—Esa clase de lógica suena a algo que tu harías no yo—debió esperarse una respuesta como esa—Y si me están ayudando es porque ustedes lo quieren porque hasta donde sé, de mis labios no ha salido esa palabra

—La acabas de decir, la mejor forma de decirlo es que no la haz pedido, lo cual me has dicho en varias ocasiones ¿Quieres que te repita mi respuesta? —la veo fruncir el ceño para luego ver así otro lado molesta

—Ed no te preocupes, tengo la suficiente paciencia para que sus palabras no me afecten ¿Por qué no comenzamos?

—Es bueno contar con eso— Veo a Albert tomar asiento para comenzar, Esmeralda estaba tranquila de repente, no creía que Albert pudiera con ella, iba a necesitar ayuda, Angel puede ser un buen candidato para ayudarlo porque podría rebatir sus palabras, sería bueno incluirlo, su relación no era perfecta actualmente pero sabía que lo iba a ayudar

—No creo que tengas tantas paciencia como dices ¿No ha sido tu quien ha perdido el control últimamente? —Albert se iba alterar si tocaban esos temas

—Bien si no quieres hacerlo no te obligare a hacerlo, se supone que eres la que te beneficias, ni yo y mucho menos Edward tenemos problemas como los tienes tú, es tu problema si quieres vivir con miedo toda tu vida y dependiendo de las personas, lo cual con tu actitud veo difícil que te ayuden—ni él lo hubiera dicho mejor aunque no hubiera usado esas palabras

—La paciencia te duro menos de lo que esperaba—la veo levantarse, por un momento creí que si reaccionaria pero Albert tenía la razón—Ya termine aquí, espero y no vuelvan a insistir con el tema, pudo defenderme sola

—Me gusta la forma que lo haces—me levanto, no le gustaba juzgar ni mucho menos ser cruel pero no se iba quedar de brazos cruzados—Lo que me recuerda a lo bien que tomaste la situación aquella vez en la fiesta de Albert, tampoco olvido como controlaste cuando Angel te amenazo o cuando Henry se te acerco y hace unos días lo tenías muy bien controlado—bien se detuvo era algo—No tienes que decirlo…no te pedí ayuda, es lo que dirás pero me pregunto qué pasaría si Alex se encuentre en una situación así como el día que te ayude con Angel

El gorrión heridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora