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Mantenía sus ojos cerrados para no verlos, no quería verlos, no podía verlos. Solo fueron dos segundos que se digno a hacerlo y su rostro estaba manchado de sangre.

El sonido de un golpe en seco la hizo temblar y saltar en su lugar, apretó su mano contra el pecho aguantando la respiración.

–Boruto.– su voz salió temblorosa, abrió uno de sus ojos viendo al nombrado tendido en el suelo –¡Boruto!.

–No.– su hermano la detuvo de acercarse –Sigue vivo.

–Detente, por favor. Iré contigo, pero solo déjalo.

–Jamás.– el uzumaki se apoyo en sus brazos y poco a poco se fue poniendo de pie –No dejaré... que te lleves a Shina.

–¡Ya déjalo, Boruto!. Rindete.

–No. No puedo dejarte ir de nuevo. Lo hice una vez, no volverá a pasar.

Shina fue sujeta del brazo y arrastrada por su hermano lejos del Uzumaki.

–¡No puedo rendirme!.

Ante sus palabras Shin la libero y camino hacia él, levantó el arma en sus manos y apuntar al Uzumaki.

–¿Que has dicho?.

–¡No pienso perder!.

El arma bajo hasta su cuello, pero ni siquiera logró rozar su cuerpo que su brazo fue sujeto con fuerza.

–¿Que haces?.

–Es suficiente, Shin.– le arrebato el arma para lanzaría lejos.

–Esto es indignante. ¿Que diría nuestro padre ante tu comportamiento?.

–Él ya no está aquí. Desde ahora si no te gusta como soy, puedes irte.

–¡Traidora!.

Se alejo ante su repentino movimiento, su sharingan brillo y empezó a desviar cada golpe que intentaba darle.
Shin sujeto su arma de nuevo y corrió hacia ella, no tuvo de otra más que esquivar sus ataques.

–¡Shina!.

Boruto lanzó un kunai que ella atrapó con sus manos, bloqueo el golpe de su hermano y se alejo con dos saltos.

–¡Ah!.

Su hermano pudo llegar a golpear su rostro derribandola, era algo difícil pelear justos si ambos poseían el sharingan.

–Si no piensas unirte a mi, morirás.

Ella se puso de pie nuevamente, sintió la sangre bajar por su frente hasta su labio, chasqueo la lengua y miro otra vez a su hermano.

–No quiero pelear, hermano. Solo... vete.

–Él me vio, tu me viste. No puedo dejar testigos, lo siento, hermana.

(...)

Naruto mantuvo la cabeza en alto al verlos pelear de nuevo, luego dirigió la mirada a su hijo con el rostro lleno de golpes.

No podía esperar más.

《–Se que te pedí mucho y hoy te decepcione al cuidar de ella, pero déjame hacer esto.

–Boruto. Sabes que debemos detenerla y arrestarla.

–Prometo no fallarte y te mostraré que Shina merece la confianza de todos otra vez. Te mostraré... que Shina merece ser parte de la Aldea.》

–Espero tengas razón, Boruto.

Él y los diez shinobis esperaban el momento indicado para interponerse, en el momento en que Boruto cayó quiso interrumpir.

¿Otra Uchiha?Where stories live. Discover now