𝟒. 𝐄𝐥 𝐫𝐞𝐲 𝐯𝐢𝐬𝐞𝐫𝐲𝐬

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La brisa fresca golpeaba su rostro, el aroma a humedad y a vida marina inundaba sus fosas nasales. Habían desembarcado hace unos instantes en Marcaderiva y rápidamente habían sido recibidos por Lord Corlys Velaryon, quien a pesar de la perdida que estaba sufriendo su familia, recibió al rey y a su familia con una sonrisa amable en su rostro.

Nettles sólo se limitó a caminar detrás de su majestad, quien parecía estar esforzándose más de lo habitual al caminar. Comenzó a preocuparse cuando lo observó dejarse caer en la silla de la habitación que una de las sirvientas de los Velaryon le asignó.

-¿Se encuentra bien? -Preguntó la muchacha mientras se aproximaba hasta el mayor. Este asintió mientras su pecho sobresalía con cada respiración que daba. Nettles lo observó con sus ojos atentos mientras que Viserys sólo se limitó a soltar una sonrisa en su boca.

-Estoy bien, sólo estoy un poco exhausto. Los viajes en barco nunca me han sentado bien-Pronunció mientras miraba a la niña-¿Por qué no me haces el favor de acercarme un vaso con agua? -Solicitó.

Nettles asintió y se apresuró a caminar hasta la pequeña mesa que estaba en uno de los rincones de la habitación. Allí tomó el jarrón con agua y sirvió su contenido en un vaso.

-Aquí tiene su majestad-Señaló la muchacha mientras le acercaba lo que le había pedido. Viserys lo tomó y bebió de un sorbo todo el contenido.

-¿Desea que le sirva más? -Preguntó Nettles mientras lo observaba con detención. Su piel parecía estar tomando color, sobre todo en la zona de las mejillas, un leve rubor rosado, las llenaba de vida.

No, está bien pequeña-Dijo tendiéndole el vaso hasta sus manos. Nettles lo recibió y volvió a dejarlo en su lugar-Veo que no has lucido los vestidos que la reina te ha obsequiado-Añadió.

Nettles negó con su cabeza mientras volvía al lado del rey. Realmente estaba agradecida con las prendas que la reina Alicent le había obsequiado, eran vestidos realmente hermosos, pero se sentía fuera de lugar cuando los vestía. Era como si estuviera disfrazada para interpretar un papel en alguna obra, además tampoco le gustaba el color verde. Al menos no en ella, porque en Aemond lucía bastante bien.

-No he tenido la oportunidad-Señaló la muchacha mientras enredaba uno de sus dedos en uno de sus rizos.

-Bueno, no has tenido la oportunidad de lucirlos en público. No has salido hace mucho de la fortaleza -Señaló Viserys mientras acariciaba la piedra de uno de sus anillos-La cena de un funeral no es la definición de una gran cena, pero podrías lucir uno de ellos esta noche. ¿Te parece? -Preguntó.

Nettles asintió.

-Es una opción. He traído mi vestido color amarillo. Es un lindo color, ¿No? -Preguntó la muchacha mientras le mostraba el vestido que traía puesto, dando vueltas a su alrededor. Viserys sonrió.

-Bueno, en los funerales se tiende a utilizar el negro, pero yo te autorizo a vestir lo que desees-Señaló Viserys mientras acomodaba su cabeza hacia atrás.

Nettles hizo una reverencia para luego sentarse a un lado de su majestad. Sus ojos pasaron por toda la habitación, las paredes eran de color oscuro, pero el fulgor que emanaba el fuego le brindaba una especie de calidez al color. La habitación era bastante acogedora, pero bastante más pequeña que la que ocupaba el rey en la fortaleza.

-Hoy habrá muchas personas en el funeral-Soltó Viserys con los ojos cerrados-Muchas personas querían a Lady Laena y su muerte abatió muchos corazones.

-¿De qué murió? -Preguntó Nettles mientras observaba el rostro descansado de su majestad.

-Bueno, es difícil de explicar. A veces la vida nos pone obstáculos y opciones que tomar para enfrentarlos-Viserys abrió sus ojos para mirar justo al frente donde el fuego iluminaba la habitación. Su mirada era nostálgica y triste. Nettles pudo reconocerla de inmediato porque esa misma mirada tenía su madre la noche en que murió.

-A veces se toma decisiones equivocadas, pero todo pasa por algo. No conocemos el destino-Pronunció la muchacha mientras observaba a Viserys. Este asintió con una media sonrisa en sus labios.

-Eres una pequeña muy sabia-Señaló el mayor posando su mano sobre la de ella, acariciándola con sus dedos ásperos de tanto moldear madera. A Nettles no le importaba, sólo se limitaba a sonreír.

-¿Lady Laena tenía hijos? -Preguntó la muchacha. Viserys asintió.

-Tiene tres hijas. Visenya que tiene tú edad, luego las gemelas Baela y Rhaena-Respondió Viserys.

-¡Vaya! Debe ser muy divertido tener hermanas, nunca debes sentir soledad-Señaló la muchacha mientras recargaba su espalda sobre el respaldo de su silla. Por un momento recordó los regaños de la septa y decidió sentarse correctamente. No quería tener una joroba de por vida.

-Así es. Recuerdo mi niñez junto a mi hermano. Debo admitir que nuestras personalidades no siempre eran compatibles, pero si teníamos momentos amigables, donde disfrutábamos la compañía del otro-Viserys observó a la muchacha, quien la miraba con una sonrisa en sus labios. Atenta a cada una de sus palabras. Le agradaba tener a alguien que lo escuchara y no sólo por ser el rey.

-¿Mi padre estará aquí? -Se atrevió a preguntar. Cambiando totalmente la expresión de su rostro. Viserys soltó un respiro ahogado de la boca para luego asentir.

-Laena era su esposa y es su obligación estar presente en el funeral junto a sus hijas. Tus medias hermanas-Añadió.

Nettles entendía muy bien lo que le decía el rey, demasiado bien, incluso para su edad, pero lamentablemente la vida de Nettles no había sido la que un niño debía tener. Así que realmente comprendía los giros de la vida y como funcionaba esta. No siempre era agradable ni divertida. La vida estaba llenada de dolores, pena y muerte. Sobre todo, estaba llena de sorpresas.

Viserys levantó su mentón con su mano, intentó hacer una sonrisa en sus labios y la observó justo a los ojos.

-No debes preocuparte. No importa lo que piensen los demás, sólo importa lo que piense el rey. Y ese soy yo. Ahora sólo debes caminar a mi lado y cautivar a todos con tu amabilidad e inteligencia-Soltó Viserys. Nettles sonrió, pero muy adentro de su ser, no quería salir de esa habitación. No por los comentarios de la gente, los cuales estaba más que acostumbrada a escuchar. ¿Qué tan diferente sería la gente de Marcaderiva a la de Desembarco del rey? Más bien, no estaba preparada para conocer a los últimos vestigios conocidos de su sangre. Sobre todo, no estaba lista para conocer el hombre que era su padre.

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¡Hola! Nuevo capítulo. No olviden comentar ni votar. ¿Qué creen que sucederá en el próximo capítulo?

¡Gracias desde ya! ¡Nos leemos pronto! <3

Loyalty  | 𝐀𝐞𝐦𝐨𝐧𝐝 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧Where stories live. Discover now